Se necesita un INDAABIN con «más dientes»: Aspe Bernal.
A nivel mundial, los buenos modelos de gobernanza digital reúnen elementos básicos como la transversalidad, la apropiación sectorial, claridad y adaptabilidad para enfrentar los grandes cambios que trae consigo la transformación tecnológica, dijo Mónica Aspe Bernal, representante permanente de México ante la OCDE.
«La transformación digital, que trastoca todos los aspectos de la economía y la sociedad y desdibuja las fronteras entre los sectores, es un enorme reto para la gobernanza digital en México y en el mundo. Se requiere establecer un marco que defina responsabilidades y roles en la toma de decisiones. Sabemos que no hay un modelo perfecto».
Al participar en el 1er encuentro de Promoción de Inversiones, organizado por Promtel, la embajadora subrayó que la transversalidad es un concepto que se refiere a la coordinación y coherencia que debe existir entre las distintas áreas de un gobierno, el cual debe tener un enfoque holístico e integral.
«Por otra parte, necesitamos un balance entre la transversalidad y la apropiación, sólo los sectores especializados saben lo que requieren, tienen las herramientas que se requieren, las atribuciones de ley, la capacidad presupuestaria para diseñar políticas públicas».
En ese sentido, añadió, es recomendable que los especialistas sean dueños de su política digital para poder generar herramientas regulatorias y líneas de acción que deriven en beneficios tangibles para los ciudadanos.
«La adaptabilidad es otro elemento, el cambio tecnológico es tan rápido que habrá que saber que ningún diseño institucional se puede mantener por muchos años, por lo tanto se deben tener diseños institucionales adaptables y flexibles, con un respaldo institucional y normativo».
La representante de México ante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) refirió que en el mundo existen ejemplos de agencias digitales, ministerios y subsecretarías de Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), y coordinaciones presidenciales que cambian y se adaptan a lo largo del tiempo conforme avanza el proceso de digitalización.
«En Corea por ejemplo se van generado esas agencias como van cambiando los temas en el proceso de digitalización, Holanda creó una oficina de coordinación en su presidencia y luego dijo que siempre no, y ahora va a descentralizar otra vez».
En este escenario, abundó, la transversalidad debe ir acompañada de una visión coherente e integral del gobierno, que además goce de una apropiación tal que sea posible que la política pública digital esté en manos de los especialistas en la materia y que además, ésta sea adaptable a los cambios.
«México tiene retos pendientes en la gobernanza de su estrategia con la economía digital, por supuesto no me meteré en el problema de decirles cuál considero que es el diseño óptimo para ello, pero sí quiero enfatizar, y creo que estaremos de acuerdo en que se necesita coordinación transversal, apropiación sectorial y adaptabilidad porque la industria tiene que saber con quién trata para cada tema».
La reducción de costos y despliegue de infraestructura, subrayó, es un tema clave en el camino de la transformación digital de un país, pues es claro que este elemento es sustancial para mantener márgenes atractivos para la inversión privada y contar con precios más bajos para el consumidor.
«Hay un asunto central tanto para la Red Compartida, como para todos los operadores que están invirtiendo en México, la complejidad del modelo de desarrollo regional, que se comparte en México y en América Latina, donde la coordinación entre órdenes de gobierno encarece y dificulta el despliegue de todas las infraestructuras, no es exclusivo de telecomunicaciones, sin duda pasa en energía, electricidad, en el sector carretero pero es especialmente complejo y costoso para el sector telecomunicaciones».
En ese sentido, enfatizó, México necesita un Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales (INDAABIN) con «más dientes» para afrontar los riesgos que implica la gran complejidad y resistencias generadas desde los municipios que aún no logran entender la importancia del despliegue de infraestructura de telecomunicaciones.
«Hay que identificar estas trabas, incluso denunciarlas y hablarlas abiertamente, son barreras injustificadas que encarecen los servicios y afectan la inversión y hay que seguir empujando este tema, es en toda América Latina, no sólo nuestro, pero volvámonos un modelo en encontrar la forma de cambiarlo».
En materia de conectividad, Aspe Bernal mencionó que la OCDE considera que el impulso al despliegue de la Red Compartida debe ser una prioridad para México en el futuro; y es en ese sentido que ha reconocido el proyecto como un modelo innovador, incluso entre los países que conforman el organismo, como una red móvil exclusivamente mayorista.
«Con este proyecto, México se ha posicionado como líder en las estrategias de inclusión digital, este año la OCDE tomó nota del balance de la cobertura de 39 por ciento de la población y la firma de los primeros contratos, y la supervisión que hace Promtel de los compromisos con Altán, y exhortó al país a seguir avanzando en este sentido».
C$T-GM