Ante el poder transformador de la 5G, que sólo en América Latina impulsará un mercado con valor de más de 21 mil millones de dólares anuales derivado de la digitalización de las industrias, es necesario observar la importancia de contar con mercados que garanticen certeza jurídica para los inversores, espectro de calidad y accesible, así como políticas públicas que incentiven y faciliten el óptimo despliegue de infraestructura, coincidieron Mónica Aspe y Chafic Nassif.
En el foro “Transformación México 5G”, la directora general de AT&T México y el presidente del norte y centro de América Latina de Ericsson expusieron cómo 5G “no es sólo una G más” en el dinámico ecosistema digital, sino que es un absoluto cambio de paradigma que requiere el trabajo conjunto de diversos actores y una serie de decisiones enfocadas a aprovechar el potencial económico y social de esta nueva generación móvil.
En opinión de Mónica Aspe, es claro que la tecnología contribuye a cerrar las diversas brechas económicas, educativas, sociales, de género e incluso de salud; sin embargo, se tiene que enfocar de la manera correcta, pues también puede crear nuevas divisiones.
Es así, que para llevar los beneficios de la digitalización a los sectores de la población que hoy están desconectados, es necesario observar los desafíos en dos ámbitos cruciales para la industria y que cobran una nueva dimensión de cara a 5G: el despliegue de infraestructura y los altos costos de espectro que México tiene y que son muy superiores al promedio regional.
Al respecto, Chafic Nassif refirió que en América Latina hay más de 250 millones de personas que aún no tienen acceso a internet, situación que en México afecta al 50 por ciento de las personas que viven en zonas rurales.
“Si podemos llevar internet a las personas que actualmente no tienen acceso, tendremos un impacto muy significativo en la economía”; de hecho, Ericsson estima que 5G podría incrementar la competitividad de la región y aumentar el PIB en más de 5.0 por ciento.
Desde la perspectiva del ejecutivo de Ericsson, el hecho de que regiones como Asia hayan iniciado antes la carrera 5G, representa una ventaja para América Latina pues al ser una especie de seguidor, tiene la capacidad de superar más rápido los desafíos en torno a aspectos como la creación nuevas economías de escala.
“América Latina está en un momento único y perfecto para poder capturar los beneficios de la ola 5G, no ser el primero significa que puede sortear más rápido los desafíos que enfrentan los países que iniciaron primero, y al mismo tiempo tendrá la capacidad de no llegar tarde”.
Sin embargo, ello implica entender la dimensión de los retos que trae consigo una nueva generación móvil que en sólo cinco años representará el 44 por ciento de las suscripciones móviles en América Latina, con una predicción de tráfico promedio por smartphone de 35 GB mensuales.
Es decir, satisfacer tal demanda de conectividad exige que el mercado cuente con espectro radioeléctrico de calidad y óptimo para acelerar el ritmo de innovación necesario para impulsar una nueva ola de modelos de negocio y casos de uso.
En este contexto, la regulación y la política pública juegan un rol crucial para incentivar las grandes inversiones que la industria en su conjunto tiene que destinar, a lo cual se suma el reto que significa contar con la capacidad de desplegar la infraestructura que permite llevar los beneficios de la conectividad a todos los sectores de la población.
De hecho, apuntó Mónica Aspe, 5G es una generación tecnológica que requiere inversiones mucho más grandes que sus antecesoras; de ahí la relevancia de contar con certidumbre jurídica, pero también de tener al alcance un insumo esencial para el sector de las telecomunicaciones: el espectro radioeléctrico.
Al coincidir en que los altos costos de espectro en México son un reto permanente para la industria, Chafic Nassif habló de cómo Taiwán representa un ejemplo de cómo el regulador diseñó un plan de colocación de espectro basado en condiciones encaminadas a favorecer la cobertura de 5G en muy poco tiempo.
“Esto ayudó a que Taiwán hoy tenga el 90 por ciento de cobertura en menos de dos años, y esto es muy bueno, significa que casi todos tienen acceso a 5G, y la innovación de la que hemos hablado en cuanto a nuevos modelos de negocio y casos de uso, comienza a suceder. Esta es una manera de hacerlo, espero que en América Latina se encuentren formas de incentivar el despliegue de 5G”.
Para ambos directivos, otra pieza crucial en el camino 5G es la generación y retención de talento preparado para moldear el presente y futuro digital de los países de la región; a lo cual se suma la imperiosa necesidad de impulsar con más fuerza el interés de nuevas generaciones en las carreras STEM, sobre todo de niñas y mujeres.
“Hay talento especializado, el desafío es que a veces se va del país. Otro desafío es que no siempre estamos en todas las partes de la sociedad, y hablo de la necesidad de promover más educación STEM para las mujeres”, dijo Chafic.
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