Con una visión profundamente estatista, la iniciativa de Ley en materia de Telecomunicaciones y Radiodifusión enviada por el Ejecutivo al Senado de la República muestra un marcado desprecio por un sector privado que prefiere actuar con cautela en tanto no haya mayor claridad sobre el rumbo que tomará el rediseño legal e institucional, lo cual derivará en que este 2025 podría ser el más bajo en inversiones en los últimos 15 años.
“Al leer la ley lo que se ve es esta visión profundamente estatista, donde el Estado participa de manera activa en todos los aspectos del ecosistema: en la regulación, la vigilancia de la competencia, pero también como operador básicamente ofreciendo al usuario final con fines de lucro a través de una concesión comercial”, sostuvo Mony de Swaan, socio fundador del Centro de Estudios e Investigación en Asuntos Públicos (CEIAP).
Y es que en la redacción de la ley secundaria para dos de los sectores más relevantes de la economía nacional no fue tomada en cuenta la visión y la experiencia de las empresas que hacen posible que millones de personas en el país puedan comunicarse, trabajar, estudiar y entretenerse a través de los servicios de telecomunicaciones.
“El mensaje hacia la iniciativa privada ha sido, no me importas porque no te consideré al momento de redactar esta ley, no me importas porque no te ves reflejado en ella y no me importas porque hay una serie de condiciones que atentan contra la libre competencia, como es básicamente con los artículos 56 y 57 donde lo que se le dice es que el Estado puede hacer lo que quiera”.
En entrevista con ConsumoTIC, Mony de Swaan Addati, quien fuera el último presidente de la extinta Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel), advirtió que ante este escenario es natural que el sector privado se retraiga y tome una posición de cautela, es decir, “primero voy a ver qué pasa y luego ya diré que hago”.
Recordó cómo la reforma constitucional de 2013 en materia de telecomunicaciones fue motivo de múltiples debates y oposiciones que dejaron claro que nadie “sale en hombros con una legislación” que impacta a tantos jugadores, voces e intereses, pero cuando un sector en su conjunto coincide en que algo está mal, es porque realmente hay cosas que se deben revisar.
“Hay un consenso importante en el sector telecomunicaciones de que esta ley no atiende las necesidades del país y no solo eso, tiene la probabilidad de afectar los empleos, empresas e inversiones. Yo estoy seguro que este año va a ser el año más bajo en inversiones en los últimos 15 años en telecomunicaciones. El ánimo que yo escucho en el sector es, detengamos todo hasta no ver qué pasa”.
Desde la perspectiva del especialista, si bien es cierto que con el modelo anterior se quedó a deber en muchos aspectos, el rediseño legal e institucional traerá para México tiempos complejos tras varios años en los que se registraron indiscutibles avances en términos de oferta, precios y calidad.
Mony De Swann dijo que si bien es de reconocer la apertura del Senado de la República para realizar un ejercicio de parlamento abierto sobre la iniciativa de Ley en Materia de Telecomunicaciones y Radiodifusión, se debe señalar que esto es lo que se debe hacer desde la redacción del documento para evitar una visión única de un sector donde intervienen múltiples partes y voces que tienen mucho que aportar a partir de su experiencia y conocimiento técnico.
Para el especialista, lo verdaderamente importante es ver si las aportaciones, opiniones, sugerencias y perspectivas que se presentan en los conversatorios, se tomarán en cuenta con seriedad y se plasman en el documento final que analizará el Pleno de la Cámara Alta, o si todo es “simplemente una pantomima que solo sirva para hacer perder el tiempo”.
“No hubo un proceso previo donde las partes que llevan años y años participando en el mercado tuvieran algún tipo de opinión respecto de la iniciativa. Lo que hay es un desprecio por el sector privado. No es una ley que reconozca, que conviva, que busque coordinarse, no es una ley que esté pensando en cómo el Estado mexicano atiende ciertas cosas que han sido abandonadas, ya sea de la mano del sector privado o promoviendo la participación del sector privado, coordinándose y dejando al Estado lo realmente indispensable”.
C$T-GM