La industria de las telecomunicaciones enfrentará un cierre de año muy complicado, pues en el ámbito macroeconómico el dólar se aprecia frente al peso, los precios en lo doméstico y en lo internacional no acaban de estabilizarse, lo que encarece el costo de la infraestructura, escenario negativo que se suma a la enorme incertidumbre regulatoria que priva en el sector, por la eventual extinción del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT).
La economía mexicana está “fuertemente abierta”, tiene un acuerdo con el bloque comercial más grande del mundo, está muy orientada a la exportación y mucho de lo que se produce afuera se trae al país para incorporarse a la cadena productiva, por lo que la desaceleración de EU y una eventual recesión en ese mercado, repercutirá en lo doméstico, explicó Ernesto Piedras, director general de The Competitive Intelligence Unit (CIU).
El pronóstico de crecimiento del PIB mexicano para 2024, decreció de 2.4 a 1.8 por ciento y la economía mexicana está “montada” en el escenario adverso de Estados Unidos, con una desaceleración en su actividad productiva desde junio pasado, lo cual podría incluso convertirse en un estancamiento de la actividad económica de México.
“El tipo de cambio relativamente estable durante el presente sexenio… de junio a la fecha, la paridad del dólar frente al peso aumentó 13.9 por ciento, esto tiene una afectación para el sector telecomunicaciones porque la inversión del sector está tasada altamente en dólares” y afecta la compra de antenas, de fibra óptica y de casi todos sus componentes que usa en sus redes, explicó Carlos Hernández, director de Análisis en la consultora The CIU.
Desde las elecciones de junio pasado, explicó, se generó cierta incertidumbre por desconocer cómo se realizarán los cambios, cómo afectarán, y cómo se consolidará el Poder Legislativo, con una mayoría del partido en el poder, lo que podría propiciar que las reformas en curso, se lleven a cabo de manera más abrupta, eso ha generado picos en el tipo de cambio.
Otro impacto detectado está en la valuación de las acciones en la Bolsa Mexicana de Valores, con fuertes caídas desde las elecciones, con una tendencia sostenida a la baja, lo cual se traduce en menor inversión, menor actividad económica, caída del empleo y en las remuneraciones de los trabajadores, lo que desemboca en una disminución en el uso de las telecomunicaciones.
Los mayores efectos de este escenario adverso se resentirán en la segunda parte del año, incluso hacia 2025 no se advierte un rebote de la economía, los especialistas encuestados por el Banxico anticipan un menor crecimiento, y aunque las telecomunicaciones han mostrado ser resilientes, los impactos macro, pero sobre todo los regulatorios, por la eventual desaparición del IFT, han propiciado el freno de las inversiones en el sector.
“No se sabe si continuará la legislación de competencia para el preponderante, si eso dependerá de la SICT o de la Agencia de Transformación Digital, todo eso genera una incertidumbre que provocará una parálisis de la inversión en el sector, por desconocer las reglas o la manera en que se podrán redituar las inversiones, además de los menores incentivos que habrá para nuevas inversiones por el tipo de cambio, y el crecimiento en los precios al productor, lo que impactará también en el nivel de adquisición de los consumidores”.
Al detalle, destacó la desaceleración de los ingresos en el sector de las telecomunicaciones durante el segundo trimestre principalmente, y completar en el primer semestre un total de 297.2 mil millones de pesos: Segmento fijo 50 mil 116 millones (16.9 por ciento del total); Segmento móvil 175 mil millones (58.9 por ciento); TV de paga 71.9 mil millones (24.2 por ciento del total).
Al primer semestre de este año el mercado móvil está compuesto por 145.8 millones de líneas activas, registrando en el periodo un millón 937 mil nuevas adiciones (tres cuartas partes captadas por los Operadores Móviles Virtuales), alcanzando una teledensidad de 116.5 por ciento, respecto a la población total del país. Para el cierre de este año se prevé estén activas 149.2 millones de líneas, detalló Fernando Esquivel, director de Investigación de Mercado en The CIU.
“Un muy buen síntoma del crecimiento que tienen los OMV, es que no sólo agregaron nuevos clientes, sino que su ARPU (ingreso medio por usuario) también han logrado incrementarlo, son SIM reales colocadas y que generan dinero”, explicó.
Esquivel precisó que los ingresos del mercado móvil sumaron poco más de 175 mil millones de pesos, derivado de un aumento en la venta de servicios de 6.5 por ciento; crecimiento del ARPU del 2.0 por ciento y una caída en la venta de equipo (principalmente en el segundo trimestre, 5.7 por ciento) lo que en suma representó un ligero ascenso de 0.8 por ciento en el semestre.
Destacó que en el segundo trimestre todos los operadores crecieron en la modalidad de postpago, Movistar el que más creció por sus agresivos planes de precios, y AT&T México, que de sus 177 mil nuevas adiciones de líneas, dos de tres fueron a postpago, por reconocimiento de marca, calidad de red, y planes atractivos con subsidios.
Cuestionado sobre el incremento en las quejas contra los OMV, descartó que su tasa de desconexión se convierta en una tendencia, por el contrario será un efecto temporal, porque aunque se les fueron algunos clientes, llegaron muchos más. Este mismo efecto lo han sufrido los operadores tradicionales como Telcel, Movistar y AT&T.
C$T-EVP