El despliegue 5G ofrece “una miríada de oportunidades para el Caribe” en temas como crecimiento económico, cuidado de la salud, educación y turismo, este último sector, “piedra angular para el desarrollo de muchas naciones”; pero al mismo tiempo, al tratarse de pequeños Estados, en su mayoría insulares y con presupuestos limitados, el alto costo de la infraestructura es “una barrera significativa para el despliegue en la región”.
“El camino del despliegue 5G y eventualmente 6G está lleno de retos, especialmente para los pequeños Estados del Caribe, aunque los beneficios de la conectividad avanzada pueden ser inmensos en aspectos como el crecimiento económico, la mejora de los servicios públicos y la elevación de la calidad de vida de todos los ciudadanos, donde debemos estar seguros de no dejar a nadie atrás”, dijo Rodney Taylor, secretario general de la Unión de Telecomunicaciones del Caribe (CTU).
Al participar en el Foro Virtual 2024: Espectro Radioeléctrico y la Ruta Hacia 5G y Otras Tecnologías, organizado por 5G Américas, el directivo de la CTU destacó que para superar estos retos, hace falta una planeación estratégica, con colaboración regional y armonización de marcos regulatorios que hagan más atractiva a la región para las inversiones privadas.
Señaló que algunos de los retos significativos para la región son los altos costos del despliegue de infraestructura, que requiere “una densa red de pequeñas células, cable de fibra óptica, antenas avanzadas y otros elementos, pero para los Estados pequeños con presupuestos limitados, estos costos son prohibitivos”.
Adicionalmente, el tema regulatorio juega un papel crucial en el despliegue de nuevas tecnologías y en varias naciones caribeñas, el marco regulatorio para las telecomunicaciones “no está actualizado y no es conducente con el rápido desarrollo del 5G”, a lo que se suman dos retos complementarios: el pequeño tamaño del mercado que significa un retorno de inversión para las empresas de telecomunicaciones más bajo en comparación con mercados más grandes y la escasez del talento especializado.
Por un lado, el bajo retorno de inversión para las empresas privadas, que de hecho ya ha provocado que algunas inversiones se detengan o definitivamente se retiren del Caribe y, por otro, el despliegue de 5G que requiere un alto nivel técnico de experiencia, que no necesariamente está disponible en la región.
Para enfrentar esos retos, el secretario general de la CTU señaló la necesidad de que todos los países del área establezcan políticas claras en materia de despliegue y de espectro radioeléctrico, así como marcos regulatorios que garanticen el soporte necesario para el despliegue, elementos “esenciales para atraer inversiones y asegurar un funcionamiento eficiente”, además, por supuesto, de procurar la capacitación del talento local.
“Pero a pesar de estos retos, hay algunos pequeños Estados que ya han sido exitosos en el despliegue de tecnologías 5G y 6G en el Caribe. Por ejemplo, las naciones del Caribe pueden beneficiarse de la colaboración, uniendo recursos y armonizando sus marcos regulatorios para crear mercados más atractivos para las inversiones”.
También es recomendable una revisión de los marcos fiscales, que generen incentivos a las empresas de telecomunicaciones. Estas condiciones, además de ser un reto, también representan una oportunidad para Asociaciones Público-Privadas (APP), donde los gobiernos pueden realizar alianzas con instituciones privadas para compartir la carga presupuestal que representa el despliegue de infraestructura.
“Trabajando juntas, las entidades públicas y las empresas privadas pueden crear innovadoras soluciones que hagan el despliegue de 5G más viable”.
El financiamiento puede venir también de organizaciones internacionales y de la Banca de Desarrollo, como el Banco Mundial que de hecho ya financió el Proyecto Regional de Infraestructura en Comunicaciones del Caribe (Carsep, por su abreviatura en inglés) para mejorar las telecomunicaciones, infraestructura y servicios en las islas de Santa Lucía, San Vicente, las Granadinas y las ciudades de estos países, caso de éxito que fue coordinado por la CTU.
En complemento, los países de la región deben garantizar una distribución eficiente del espectro y un ambiente regulatorio transparente y previsible, sin descartar subsidios al despliegue de infraestructura.
C$T-GM