A nivel global, el declive de la televisión abierta como medio predilecto de consumo audiovisual es una realidad, al tiempo que las plataformas de streaming registran récords en audiencia y horas de consumo, comportamiento que también se observa en México, donde el acceso de contenidos por internet supera el 55 por ciento de la población.
“El consumo de contenidos vía streaming ha llegado no solo para competir, sino para desplazar a la televisión tradicional como el medio predilecto de consumo audiovisual”, señala Ernesto Piedras, director de la consultora The Competitive Intelligence Unit (CIU).
Ejemplo de ello es Reino Unido, donde Netflix desbancó a BBC1, el canal más popular, en audiencia mensual durante el último trimestre de 2024.
Y es que, refiere, de acuerdo con el Broadcasters Audience Research Board (BARB), organización que reporta las audiencias de televisión en el Reino Unido, la plataforma de streaming registró un promedio de 43.2 millones de espectadores, frente a los 42.3 millones de BBC1.
Asimismo, en términos del consumo promedio de minutos al día, Netflix (23.2 minutos) se aproxima de manera acelerada a alcanzar o incluso superar los alcanzados por BBC1 (33.7 minutos), con cifras al mes de diciembre de 2024.
Mientras que en términos del alcance entre las personas, Ofcom reportó en su estudio anual de hábitos de consumo de medios, que se aceleró el declive de la TV abierta, al registrar una caída consecutiva de 79 por ciento en 2022 a 75 por ciento en 2023.
Por su parte, el streaming de video bajo demanda por suscripción (SVOD por sus siglas en inglés) continúa su ascenso para alcanzar una adopción del 68 por ciento de los hogares.
“Estas métricas marcan un hito para las plataformas de streaming por suscripción, evidenciando su capacidad para atraer audiencias masivas, incluso frente a cadenas tradicionales como la BBC”.
En su análisis, el especialista destaca que de acuerdo con la Encuesta Nacional de Consumo de Contenidos Audiovisuales (ENCCA) 2024, el consumo de la tv tradicional en México se redujo un punto porcentual (pp), de tal forma que 74 por ciento de las personas con televisor consumieron contenidos radiodifundidos.
Además, el tiempo promedio diario dedicado a la televisión abierta cayó a 2.3 horas, es decir, 12 minutos menos que en 2023, lo que contrasta significativamente con los datos relacionados con el acceso de contenidos por internet que registró un alcance de 55 por ciento de la población (+1 pp anual) y un consumo promedio de 3 horas al día, 42 minutos más que la televisión abierta.
“Netflix, por sí solo, alcanzó un promedio de 2.2 horas de visualización diaria, prácticamente al nivel de consumo de TV abierta”.
Desde la perspectiva de Ernesto Piedras, la clave del éxito de las plataformas de streaming radica en buena medida las grandes inversiones que firmas como Netflix, Amazon Prime, Disney+ y Max, entre otros, realizan para generar contenido exclusivo como series y películas que se convierten en fenómenos culturales que capturan la atención global.
Otro factor son las transmisiones deportivas, que solían ser territorio exclusivo de la televisión tradicional, y que ahora están migrando a plataformas de streaming, tanto de pago como gratuitas y que están contribuyendo significativamente al auge del streaming.
Para Ernesto Piedras, en un mundo donde el entretenimiento está al alcance de un tap o clic, la televisión abierta enfrenta un desafío monumental. Su programación fija y la falta de innovación parecen estar alejando a las nuevas generaciones, quienes prefieren decidir qué ver, cuándo y dónde. La caída de la TV abierta no solo es una cuestión de estadísticas; es un cambio en preferencias.
“Las generaciones más jóvenes no están creciendo con el hábito de prender la televisión a una hora específica, buscan flexibilidad, inmediatez, personalización y calidad. Aunque algunos podrían argumentar que las plataformas de streaming y la televisión tradicional pueden coexistir, los datos sugieren que esta convivencia será cada vez más desigual”.
En este escenario, apunta, la televisión abierta requiere evolucionar, y rápido, si quiere mantenerse relevante. De lo contrario, quedará relegada a un segundo plano en un mundo dominado por el streaming.
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