Consumidores, primeros beneficiados.
Si bien en México, el acceso a internet es un derecho constitucional, la brecha digital sigue estando presente y poniendo en fuerte desventaja a la población que por falta de recursos económicos, habilidades digitales, cobertura o incluso ausencia de interés, está alejada de los beneficios que otorga el ecosistema digital.
En este contexto, la competencia se coloca como una de las piezas clave para reducir la desigualdad en el acceso a la información, conocimiento y educación por medio de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TICs).
“Para que funcionen adecuadamente todos los incentivos que brinda el mercado tiene que haber un piso parejo, tiene que haber igualdad de posibilidades para que todas las empresas que quieran competir no encuentren obstáculos indebidos para ofrecer mejores productos, extender su cobertura y ganar clientes”, comentó María Elena Estavillo, directora asociada de Aequum y presidenta de Conectadas.
Los primeros beneficiados en un mercado con competencia efectiva, son en definitiva los consumidores, pues en la medida que la oferta sea amplia y atractiva, las posibilidades de acceso y asequibilidad crecen de manera sustancial y con ello, la posibilidad de mejorar las condiciones de vida en términos de salud, educación y empleo.
“Cuando tenemos mercados sin competencia los que terminamos pagando esta ineficiencia, estas distorsiones somos los consumidores pero más aún los que tienen ingresos más bajos porque terminamos pagando sobreprecios por servicios esenciales, en este caso por telecomunicaciones, por internet, que ya los tenemos que ver como una parte de nuestra canasta básica”.
Si los precios de los bienes y servicios de telecomunicaciones suben de precio por falta de competencia, la población de menos recursos económicos tiene que dedicar una parte más elevada de sus ingresos para adquirirlos.
“Esto quiere decir que van a dejar de consumir otros satisfactores; entonces la falta de competencia se vuelve como si fuera un impuesto regresivo porque afecta a los que menos tienen”.
De acuerdo con el estudio “Cerrando la brecha digital en México: Una visión inside-out y outside-in de competencia y regulación”, la complejidad e impacto de este fenómeno obliga a diseñar acciones diferenciadas y focalizadas en los desafíos de la oferta y demanda desde sus múltiples dimensiones.
“Es muy adecuado partir de una clasificación en diferentes zonas y entender cómo requerimos mecanismos distintos para las características de diferentes lugares, no podemos tener una solo receta una sola solución para estas necesidades, porque las problemáticas son diferentes a lo mejor hay algunas características que se comparten, pero en el caso específico se necesita entender la problemática específica de cada tipo de zona, de localidad”.
El estudio presenta un enfoque de análisis y recomendaciones basados en la caracterización de tres tipos de zonas: Localidades con alta densidad de población y cubiertas por al menos un operador de redes (Zona A), localidades que se encuentran en los márgenes de las zonas con cobertura (Zona B), y Localidades más alejadas de las zonas con cobertura (Zona C).
“Es un enfoque correcto, no lo hemos visto así y hay que partir de esta comprensión a detalle de diferentes problemáticas según el tipo de zona. Inclusive a mi me parece que en casos específicos se podrían encontrar algunas soluciones particulares aún considerando esta caracterización que se hace en el estudio, pero este punto es importantísimo no es ninguna receta que nos pueda ayudar para solucionar toda la problemática en todo el país, hay que entender la particularidad de cada lugar”.
C$T-GM