Aunque México está listo para licitar espectro radioeléctrico que puede servir para la instalación de redes de quinta generación, los altos costos de este insumo esencial, 62 por ciento superior al promedio internacional, sigue siendo un problema por resolver de cara a la transformación digital que 5G ya está detonando a nivel global.
“Un problema a resolver que tiene México es el alto costo del espectro radioeléctrico. Los costos están divididos entre pagos en la licitación, pagos por renovación y finalmente derechos por la utilización del mismo”, refiere el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Al analizar los desafíos que pueden presentarse para Argentina, Brasil y México con respecto a esta tecnología, el organismo destaca el impulso del Plan Nacional de Espectro Radioeléctrico de México, el cual busca poner a disposición para su licitación y posterior uso espectro nuevo, así como optimizar el espectro ya en operación.
“El principio de neutralidad tecnológica en la licitación se hace presente y México no pretende licitar el espectro adjudicándolo para la instalación de la red, sino que se licita para que las empresas lo utilicen como más les convenga”, expone en el estudio Nuevos servicios exportables a partir de la red 5G: ¿Cómo aprovecharlos para reducir la brecha de género?
México planea así licitar en breve frecuencias bajas y medias que podrán ser reservadas por las empresas para el posterior desarrollo de la red y para comenzar a experimentar en esas frecuencias.
“No hay planes de licitar frecuencias altas que permitan el desarrollo de la red 5G en plenitud, dado que el riesgo es que en medio de la crisis solo puedan adquirir espectro grandes operadoras, monopolizando el mercado”.
El BID señala que la competencia saludable en la red de 5G es vital para lograr mejores servicios y productos más baratos para los usuarios; sin embargo, los altos precios del espectro, que en el país se dividen entre pagos en la licitación, por renovación y derechos de uso, son un problema vigente.
El documento refiere que si bien en México no hay empresas estatales que desarrollen la red de fibra óptica, sí existe una empresa de distribución de telecomunicaciones mayorista, Altán Redes, que conforma una alianza público-privada para garantizar que se siga avanzando en conectar más regiones.
Una forma de avanzar en mejorar la red es ofrecer una banda ancha mejorada con el espectro que se tiene actualmente a través del uso de software que optimice la utilización del espectro; en este sentido, Brasil y México ya se encuentran ofreciendo este servicio a través de diversas empresas de telefonía.
“La masividad de la red, entonces, parece tener que afrontar todavía un sinuoso camino que hará que se retrase un tiempo más la llegada del 5G a la población. Sin embargo, sí se puede comenzar con limitadas experiencias en lugares o puntos fijos”.
Esta experiencia hoy se conoce como laboratorios 5G y ya existen en diversos países como Colombia y Brasil, donde las empresas puedan experimentar lo que la tecnología tiene para ofrecer y comenzar a pensar planes de inversiones en esa dirección.
En países donde los recursos son escasos y la tecnología está atrasada respecto a los estándares mundiales, pareciera tener más sentido invertir en el desarrollo de enclaves fijos de 5G que puedan fomentar la innovación en sectores estratégicos.
“Cuando se piensa en la instalación de la red 5G en los tres países seleccionados se observa una situación muy heterogénea respecto a los planes y perspectivas que se tienen”.
Lo cierto es que la instalación de forma masiva y ampliada hacia la población parece un proceso lejano por varios motivos. Para empezar, no hay masividad de dispositivos disponibles a la población que soporten la red.
La crisis económica producto de la recesión global y regional provocada por la pandemia de Covid-19 hace que no sea factible en la actualidad un proceso de recambio de equipos de forma masiva que lleve a generar un mercado amplio de clientes dispuestos a utilizar la red una vez que esté disponible.
Por otro lado, el espectro necesario para operar la red está ocupado principalmente por sistemas de televisión satelital, lo que hace necesario un balance inteligente en su distribución para poder aprovecharlo con la mayor eficacia.
“No se ven aún los beneficios de generar un mercado masivo orientado al consumidor, puesto que no hay herramientas desarrolladas localmente para aprovechar esta nueva tecnología”.
Por todos estos motivos, señala el BID, es que la llegada de la 5G de forma masiva se hará esperar, y probablemente no se convierta en realidad hasta dentro de algunos años.
“De cualquier manera, los países se encuentran realizando programas que bien pueden ir en esta dirección, preparando el terreno para que cuando llegue el momento se pueda dar el salto y ponerse al día con la transformación digital desatada a nivel global”.
5G, una tecnología habilitadora.
De acuerdo con el documento del BID, una nueva red de telecomunicación de quinta generación puede llevarnos a pensar que se trata de una internet más rápida, con mejor servicio, comunicaciones más dinámicas y con más alcance. Pero 5G es más que eso.
La nueva red planea revolucionar no solo las comunicaciones entre usuarios finales, sino introducir las ciudades y los lugares de trabajo en una nueva forma de producción reduciendo la latencia (el tiempo que tarda en transmitirse un paquete de datos) y permitiendo conectar múltiples de dispositivos a la red.

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