La Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones (ATDT) que iniciaría operaciones en enero de 2025, es una especie de “súper” ente que no sólo elaborará y conducirá la política de telecomunicaciones y radiodifusión, sino que también tendrá a su cargo la operación del Servicio Postal, Promtel, la Agencia Espacial Mexicana, Infotec e incluso la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria.
Además, la agencia que dirigirá José Peña Merino, también absorberá lo que durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador funcionó como la Coordinación de Estrategia Digital Nacional.
“Los recursos humanos, financieros y materiales con que cuenta la Coordinación de Estrategia Digital Nacional serán transferidos a la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones. Los procesos de transferencia de dichos recursos deberán concluir el 31 de diciembre del 2024”, señala la iniciativa que propone modificar la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, para crear nuevas instancias como la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones.
Si bien, el pasado 6 de noviembre la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados turnó a la Comisión de Gobernación y Población, dicha iniciativa para su análisis, sólo un día después, Claudia Sheinbaum, presidenta de la República, aseguró que “la Agencia inicia su operación a partir de enero con la Ley Orgánica que se envió al Congreso”.
Desde la perspectiva de especialistas como Gerardo Flores, la creación y operación de esta agencia tiene aspectos que dejan poco espacio a la interpretación, pues a través de este ente, México entraría en un terreno delicado si se considera que el gobierno sería el regulador, pero también un jugador más en el sector telecomunicaciones.
“En la propuesta de reforma a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, en la que se crea la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones, se le transfiere la operación del sistema Mexsat, que es un sistema satelital del gobierno de México, pero que al fin y al cabo es un concesionario más que participa en el mercado de servicios satelitales en nuestro país”.
Además, vale recordar el rol del Organismo Promotor de Inversiones en Telecomunicaciones (Promtel) que tras esta reforma estaría sectorizado a la ATDT, pero que ha sido pieza clave en la Red Compartida que opera Altán Redes, empresa en la cual el Estado mexicano es socio mayoritario.
“Entonces tenemos que el gobierno, es decir, la agencia, no sólo sería propietaria de un concesionario de servicios satelitales, sino también de cierta forma co-propietaria o co-accionista, o como se le quiera considerar, de otro concesionario, que es en este caso la Red Compartida. Y bueno, en los hechos, sabemos que CFE se quiere hacer del control de Altan. Entonces estamos hablando de dos operadores de servicios de telecomunicaciones que estarían bajo la sombra de la nueva agencia”.
Por si eso fuera poco, está el evidente riesgo de incumplimiento al Capítulo 18 del T-MEC, dedicado a Telecomunicaciones que señala en su artículo 18.17 que cada socio asegurará que su organismo regulador de telecomunicaciones sea independiente y no rinda cuentas a un proveedor de servicios públicos de telecomunicaciones.
“En este sentido cobra mucha importancia la discusión en la Cámara de Diputados sobre la desaparición de los órganos constitucionales autónomos, porque un compromiso de México en el T-MEC es justamente que el órgano regulador o la autoridad reguladora no sea al mismo tiempo reguladora y que de alguna forma esté vinculada con intereses del gobierno en el sector telecomunicaciones”.
Lo cierto es que a estas alturas del partido, todo apunta a que será la ATDT el ente que absorbería las tareas del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), el órgano constitucionalmente autónomo que la presidenta Claudia Sheinbaum busca extinguir, precisamente esta misma semana.
“Tenemos un escenario de una violación directa, no hay manera de evadir el hecho de que el gobierno es propietario hoy de concesionarios de servicios de telecomunicaciones y al mismo tiempo va a ser regulador. Todo dentro del ámbito del Ejecutivo y eso es un compromiso que sí está escrito en el T-MEC, pero también en el Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica”.
Para Gerardo Flores, la “obsesión” por desaparecer al IFT y “mezclar” sus facultades con la ATDT, cobrará una fuerte factura para México, pues se debe considerar que Donald Trump, como presidente de Estados Unidos, será menos contemplativo que Joe Biden.
“Es probable que adopte una posición de seguimiento puntual e incluso de amenazar a México por posibles incumplimientos. Ya sabemos que Donald Trump es fanático de usar las amenazas comerciales como un instrumento para lograr los propósitos que él busca, entre otras cuestiones con relación al tema migratorio, pero también a temas comerciales”.
C$T-GM