El crecimiento de la demanda de conectividad en los hogares es una realidad que exige anticipar la forma en la que se deberá desplegar infraestructura pasiva como la fibra óptica para garantizar que en los desarrollos inmobiliarios no sólo se garantice la existencia de servicios de telecomunicaciones, sino también que éstos se ofrezcan en un ambiente de competencia.
“Cuando se desarrollan multifamiliares, el que llegó al principio a hacer algún contrato con la constructora, es el único que tiene posibilidad de ofrecer los servicios porque instaló la infraestructura pasiva y está en exclusividad. Eso en términos del consumidor se convierte en un problema porque dónde quedan las alternativas. Los habitantes de ese lugar tienen la opción de un sólo proveedor”, explicó Javier Juárez Mojica, presidente del IFT.
Al participar en la primera sesión ordinaria de la Asociación de Telecomunicaciones Independientes de México (ATIM), el funcionario dijo que en este contexto, el órgano regulador planea la realización de un foro que buscará abrir la conversación sobre un tema de amplia relevancia para la industria, pero también para los usuarios de servicios de telecomunicaciones.
“Lo que se pretendería en este foro es sacar recomendaciones muy concretas para los reglamentos municipales, para una norma oficial de construcción o incluso si pudiera haber algún incentivo en términos de los créditos para los que hayan adoptado estas buenas prácticas para la conectividad de los hogares”.
Para dicho encuentro, que podría llamarse “Vivienda Conectada”, se buscará la participación con autoridades competentes en materia de vivienda, en línea con su filosofía de operar en un marco de regulación colaborativa.
“Partiendo de las necesidades que van a tener la viviendas de conexión, hay que ver de manera anticipada qué se requiere en términos de infraestructura, de fibras ópticas dentro del hogar. En un foro reciente escuché el concepto, más que fibra a la casa, fibra a la recámara, esto está evolucionado para allá, pero para llevar esa fibra hay que ver de manera anticipada qué se requeriría, qué se puede hacer, pero desde la planeación”.
Esta iniciativa del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) se da a conocer a unas semanas de que Jorge Carlos Ramírez Marín, presidente de la Comisión Ciencia y Tecnología del Senado de la República, reconociera la importancia de integrar fibra óptica en las viviendas de interés social, desde su construcción.
En el foro México Optical Broadband Summit 2022, el legislador expuso que dado el tiempo que puede tardar una reforma a nivel constitucional que permita eliminar las barreras que se imponen desde los gobiernos locales al despliegue de infraestructura telecom, un camino viable sería modificar la Norma Oficial Mexicana (NOM) en materia de vivienda de interés social para hacer que este tipo de inmuebles integren fibra óptica, tal y como ya sucede con la energía eléctrica y el agua.
“Posiblemente nos lleve más tiempo intentar modificar la Constitución, pero en cambio podemos modificar la NOM en su definición de vivienda de interés social, podemos aprovechar el gran vehículo que es el crédito social que otorga el gobierno tripartitamente con trabajadores y patrones que es el Infonavit”, comentó en su momento el senador.
Infraestructura pasiva, un añejo problema
Por su parte, Salomón Padilla, vicepresidente de la ATIM, habló de la necesidad de establecer una mesa de trabajo ejecutiva con el IFT para abordar una añeja problemática en la industria: el despliegue y acceso de infraestructura pasiva de telecomunicaciones.
“… Seguimos teniendo los mismos problemas de hace 25 años que es cómo fibrar todas las poblaciones, porque tenemos temas de municipios, de estados, de la federación en relación con el acceso de infraestructura pasiva, con los permisos para su instalación”.
Incluso, expuso, en algunos casos, “la dualidad del gobierno federal en relación con su rol como prestador de servicios y operador de infraestructura pasiva, como es CFE , no nos permite desarrollar nuestras redes con la velocidad y capacidad necesaria”.
Un grupo de trabajo con el órgano regulador, sostuvo, sería un espacio idóneo para establecer un marco que permita desplegar en más poblaciones la infraestructura pasiva que se requiere, pero sin las limitaciones políticas o económicas que muchas veces enfrentan los agremiados a la ATIM.
“Estamos dispuestos a competir, a invertir pero sin fibra no hay telecomunicaciones. La fibra es la base de todas las telecomunicaciones, debemos fibrar a todo el país. Desde las poblaciones grandes hasta las más pequeñas y hacer una política para llevar a todas las poblaciones, hay una oportunidad para hacerlo”.
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