Más allá del eventual impacto sectorial y del beneficio económico y social que traerá el desarrollo de las tecnologías de quinta generación (5G), el reto inmediato en México es conocer el interés particular de cada sector productivo, cómo atraer financiamiento, así como la forma de conciliar los diferentes intereses que se pongan en la mesa y hacerlos compatibles en beneficio de la colectividad, del avance del mercado mexicano en su conjunto.
“Diferentes estudios y análisis muestran que hay una apuesta por 5G, por desarrollar una economía que generará múltiples beneficios para la población en general… pero para atraer todos estos beneficios es necesario realizar un análisis sobre las condiciones particulares de cada sector, de cada región geográfica en el país, para conocer quienes serán los primeros beneficiarios de esta tecnología”, precisó Lorely Ochoa Moncisvais, directora General de Desarrollo de Telecomunicaciones y Radiodifusión en el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT).
La creación del Comité 5G en el IFT tiene como propósito ofrecer un foro abierto y permanente, donde confluyan todos los actores interesados en el desarrollo de esta tecnología (empresas, investigadores, representantes del sector y de gobierno), para detectar de manera oportuna todas las barreras que pudieran surgir y obstruir el desarrollo de este proyecto.
“Identificar en México cuáles son los sectores estratégicos de esta primera apuesta para el desarrollo 5G, y recibir propuestas de todo participante para ponerlas a discusión de quienes integran el Comité y eventualmente tomar decisiones tanto al interior del órgano regulador (IFT) como recomendaciones a otras instancias de gobierno o legislativas, para que puedan tomar cierto tipo de decisiones”, explicó.
En México se tiene detectado cuáles son los sectores que mayor aportación realizan al Producto Interno Bruto (PIB) nacional, su dinámica de desarrollo y el potencial que cobrarían al instrumentar soluciones 5G en su operación, sin embargo, no sólo al interior de cada uno de ellos, sino también en cada entidad federativa, hay condiciones y necesidades distintas que es necesario considerar.
Como ejemplo está la actividad agrícola del país, la cual podría alcanzar grandes beneficios en materia de riego, predicción climatológica con tecnologías como el Internet de las Cosas (IoT), Machine to Machine (M2M) etcétera, sin embargo, antes se requiere evaluar la circunstancia geográfica de cada localidad, pues México es un amplio territorio con un desarrollo bastante diferenciado en cada zona.
“Hay regiones agrícolas, que pueden tener limitaciones en servicios básicos de comunicación, ¿cómo se acercarán los beneficios 5G a una comunidad si está rezagada respecto a otras entidades del país?, si tiene sistemas de riego tradicionales, no utilizan internet, carecen de habilidades digitales; ¿quién se encargará de llevar esta nueva tecnología para incorporarla a un proceso productivo?”, cuestionó la funcionaria.
Al participar en el foro “5G como herramienta para la Transformación Digital”, organizada por 5G Americas, aseguró que existe un amplio potencial de incorporar todo el desarrollo tecnológico 5G, pero no se pueden trasladar de manera literal los estudios elaborados en el ámbito internacional, sin considerar las condiciones particulares de cada país, de cada sector productivo, incluso de lo que sucede en las distintas zonas geográficas de un mercado.
En opinión de Ochoa Moncisvais es importante considerar estos elementos para saber ¿quién definirá en cada localidad, cuál será el sector productivo al cual se le apostará con soluciones 5G?, pues más allá de las facultades que tiene el IFT como regulador, hay diferentes instancias estatales y municipales quienes definen los planes de desarrollo que consideran prioritarios para su localidad.
“Cada decisión en el ámbito local tiene un impacto en la rapidez y eficiencia con la que se pueda apropiar o integrar la tecnología en el desarrollo económico… y aún y cuando exista una política pública sobre qué sector productivo se va a desarrollar, se tiene que considerar como intervendrá la industria de telecomunicaciones y si tiene los incentivos para hacerlo”.
El desarrollo 5G no está limitado a los actores de las telecom o las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) es de interés de muchos más actores, además que los impulsos individuales no funcionarán si no se trabaja de manera conjunta y desde distintas instancias”, desde lo federal, estatal, municipal y hasta la desagregación más pequeña que incide en el desarrollo económico.
Por ello es necesario llevar este debate a foros distintos donde se están discutiendo estos temas, “hasta el momento sólo se abordan entre el sector de las telecomunicaciones y entre la gente que nos dedicamos a esta actividad”, por lo que es imprescindible abrir e integrar a esta conversación a la mayor cantidad de actores posibles y alcanzar otras importantes esferas de decisión.
En el naciente Comité 5G, ya se han realizado seis sesiones de trabajo, para lo cual se establecieron distintas mesas para discutir temas como asignación oportuna de Espectro Radioeléctrico, Despliegue y Disponibilidad de Infraestructura, Aplicaciones y Servicios vinculados a 5G, Aspectos Regulatorios, Ciberseguridad y un quinto espacio donde se debate respecto a Experimentación y Pruebas con 5G.
“La experiencia es que se han tocado diferentes temas que incluso exceden las atribuciones del IFT o cuestiones que rebasan la regulación vigente… este tipo de particularidades las tenemos que abordar y verlas con esa óptica específica, de que no hay una solución, no hay una regla, no hay una ley que abarque todos y cada una de las oportunidades económicas que pueden beneficiarse de 5G”.
Ahora el IFT tiene el enorme reto de hacer “match” entre el marco regulatorio vigente a nivel nacional, con la flexibilidad suficiente de poder aterrizarlo en cada uno de los casos que se están planteando en algunas de las mesas creadas al interior del Comité 5G.
Como se destaca en el instituto, “Apropiarse de 5G no es tarea de un solo actor”, son diferentes las instancias y agentes económicos los involucrados, sobre todo a la hora de saber ¿quién asumirá la cuantiosa inversión que requiere este proyecto; será un operador, una vertical, pondrá dinero el gobierno, o será un esfuerzo conjunto?
El actual panorama macroeconómico, global y doméstico también es un tema a considerar. En México la recuperación es diferenciada entre los sectores, algunos todavía no regresan a los niveles de pre-pandemia, hay rezagos en la industria de la construcción, lo que sin duda repercutirá en la decisión de inyectar capital fresco al desarrollo de 5G.
“Para controlar los niveles de inflación de 8.4 por ciento en México, las decisiones de política monetaria están tratando de mitigar sus efectos en la sociedad, con lo cual se tienen tasas de interés mayores a lo visto en pre-pandemia, lo cual simplemente encarece el dinero para los operadores de telecomunicaciones o las empresas de cualquier otros sector, y es de preverse que habrá recursos menores disponibles”
Todo esto sin dejar de lado, temas pendientes en México como el costo del espectro radioeléctrico para la parte móvil, temas de cobertura incompletos, que obligan a evaluar si se llevará conectividad en niveles tradicionales o con el desarrollo 5G, además de vigilar en materia de competencia, los esfuerzos que realiza el gobierno en materia de conectividad de la mano de Altán Redes y CFE Telecomunicaciones e Internet para Todos.
C$T-EVP