En sólo siete países es vinculante y con validez legal
Si bien los sistemas de sufragio electrónico, que incorporan ventajas que van desde la autenticación digital del ciudadano hasta la votación vía Internet, son tan vulnerables como cualquier otro método; poseen características especiales que permiten asegurar información crítica para detectar eventuales manipulaciones.
En opinión de Julio José Espiña Dapena, director Desarrollo de Negocio Sector Público de Tecnocom, “las ventajas del voto electrónico son claras y contundentes si hablamos de rapidez en los escrutinios, ahorro de costes para la administración y comodidad para el elector”.
De hecho, señala, sólo se podría hablar de desventajas cuando no se utilicen correctamente los métodos, técnicas y herramientas al implantar el sistema, en cuyo caso se podrían provocar problemas en la seguridad y el manejo de la información electrónica generada.
“La seguridad 100 por ciento no existe, pero todas las medidas de seguridad puestas en marcha en un proceso electoral digitalizado configuran un entorno con un nivel de seguridad alto. La configuración de las medidas de seguridad se realiza sobre distintas capas”.
Así, el voto electrónico abre distintas alternativas de emisión del sufragio electrónico como por ejemplo los Sistemas DRE (Grabación de Registro Directo) que utilizan un dispositivo de urna electrónica en la misma mesa electoral.
Este sistema puede tener dos alternativas: una 100 por ciento electrónica a través del dispositivo de urna a través de un escaneo inteligente de una papeleta donde se marca la opción u opciones de voto; y la otra, el voto por Internet donde no es necesario el voto presencial en la mesa.
“La principal diferencia entre el modelo tradicional y el electrónico, es la ralentización en la publicación de los resultados provisionales, que como todos sabemos provoca cierta ansiedad entre la ciudadanía”.
Tampoco hay que olvidar que, incluso en los métodos tradicionales, puede haber manipulación en la transmisión de los datos bien vía telefónica por suplantación de la identidad, o por bloqueos al centro de recepción de la información utilizando robots telefónicos capaces de emitir millones de llamadas para obstruir la transmisión de datos durante la jornada electoral.
En la actualidad, prácticamente la totalidad de los países avanzados del mundo utilizan sistemas de información para escrutinio digital en sus procesos electorales; sin embargo, la implantación del voto electrónico es mucho más compleja.
En el contexto internacional, sólo siete países permiten el voto electrónico (vinculante y con validez legal) para la elección de sus representantes: Bélgica, Estonia, Estados Unidos, Brasil, Filipinas, India y Venezuela. Otros cinco países lo prohíben expresamente: Alemania, Finlandia, Holanda, Irlanda y Reino Unido, y en otros muchos esta opción se encuentra en fase de estudio.
Para el especialista, es muy probable que en el futuro se incrementen los ciberataques a este tipo de sistemas, que deben ser cada día más robustos para minimizar el impacto de los mismos.
Los hackers buscan relevancia personal (por el tipo de sistema e información que manejan) o contraprestaciones económicas por parte de agentes externos (estados, corporaciones, etc.) que buscan influencia política o desestabilización en ese ámbito.
Esa influencia se podría dar antes de los comicios para publicar información que influya en el elector, o bien para manipular el sistema electoral, aunque en este último punto hay que resaltar que casi siempre se dispone de redundancia, lo cual permite detectar dichas acciones.
C$T-EVP