Con impacto para la sociedad en su conjunto.
Es un hecho que los paradigmas y la resistencia al cambio pueden evitar que las empresas y las personas aprovechen oportunidades que pueden mejorar sus condiciones; es el caso del Teletrabajo, un esquema disruptivo de empleo que bien aplicado puede tener impactos positivos y reflejar diversos beneficios pues lo mismo puede mejorar y elevar la productividad de una empresa, que incrementar la calidad de vida del personal, así como promover la competitividad de la sociedad en su conjunto.
Las empresas pueden reducir costos fijos indirectos relacionados con instalaciones físicas, mantenimiento y servicios públicos; flexibilizar costos directos como que a mayor demanda, más crecimiento de la organización con necesidades de mayor número de teletrabajadores; y a menor demanda tener escasos costos fijos; fijar inversiones predecibles en planta física, tecnología y recursos humanos, mayor productividad, mayores ingresos y mayor crecimiento del negocio.
En el ámbito de las operaciones, los beneficios son tangibles en el control y seguimiento permanente del desarrollo de tareas programadas a través de herramientas tecnológicas, fijar procesos descentralizados e interconectados, así como mejorar condiciones de reclutamiento para contratar personal más calificado, sin importar su ubicación geográfica o disponibilidad de desplazamiento hacia la sede de la organización.
Mejores condiciones laborales siempre serán un atractivo para elevar el índice de retención del personal capacitado, además de ofrecer un equilibrio entre los espacios laborales y personales de los empleados, que generan mayor calidad de vida y se traducen en mayor productividad.
Para el personal, el teletrabajo representa la disminución de desplazamientos entre hogar y oficina; ahorros tangibles en costos de combustible o pagos de transporte público; mejoras significativas en la alimentación y la salud al reducir estrés y aumentar oportunidades de incluir en la rutina diaria tiempo para el cuidado físico; mayor convivencia familiar y vecinal y optimización de las actividades personales, gracias al desarrollo de habilidades para la gestión del tiempo y las tareas.
En el ámbito social los beneficios son numerosos pues lo mismo impacta en la reducción de la huella de carbono, al tener menos personas en tránsito; inclusión al mercado laboral de personas con discapacidades o desempleados mayores de 45 años, gracias a las TIC; mejora de oportunidades para hombres y mujeres; multiplicación de oportunidades de remuneración para personas desempleadas que pueden realizar proyectos sobre demanda, por mencionar algunos.
El trabajo-a-distancia o “teletrabajo” aparece como una modalidad atractiva para las organizaciones de todo tipo, por la capacidad que tiene para combinar políticas corporativas basadas en el cumplimiento de objetivos con el aprovechamiento de los recursos de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC).
El trabajo a distancia, trabajo remoto o teletrabajo constituye una reordenación del mercado laboral, pues se trata de realizar actividades remuneradas o prestación de servicios a terceros desde cualquier lugar y no en las instalaciones propias de una empresa, utilizando como soporte las TIC (computadoras, tabletas electrónicas, teléfonos inteligentes o cualquier otro dispositivo digital conectado a internet).
El teletrabajo se define por tres características fundamentales: el trabajador realiza sus actividades laborales fuera de las instalaciones de la organización a la cual presta sus servicios; las tecnologías digitales son aprovechadas para facilitar la comunicación entre el trabajador, y la empresa establece mecanismos de comunicación interna, control y seguimiento de las tareas asignadas a los trabajadores.
La Secretaría del Trabajo y Fomento al Empleo, conjuntamente con la Asociación Mexicana de la Industria de Tecnologías de Información (AMITI), en alianza con entidades de los sectores privado, público, académico y sindical, firmaron el 5 de julio de 2017 un “Convenio de Concertación para la Implementación y Fomento del Teletrabajo”, con motivo del Primer Foro de Teletrabajo en la Ciudad de México.
La AMIT elaboró una serie de guías, como la del Teletrabajo con el propósito de establecer una base de conocimiento común para el desarrollo exitoso de proyectos de adopción de este esquema laboral en las organizaciones públicas y privadas de la Ciudad de México, la cual puede consultarse en el sitio Teletrabajo en la Ciudad de México
C$T-EVP