Fraude un costo gigantesco paras las instituciones.
Contar con una base de datos confiable y un sistema para verificar la identidad de las personas es uno de los retos que impone la evolución constante de las tecnologías, sobre todo en el contexto de una pandemia que ha acelerado la migración de diversas actividades productivas, sociales y de entretenimiento al mundo digital.
Desde hace ya dos años la banca debió iniciar el registro de los datos biométricos de sus clientes, proceso que registra un avance de entre 60 y 70 por ciento, y aunque cuentan con un plazo que vence en marzo del 2021 para cumplir con esta medida, contar con un registro de este tipo abona a la ciberseguridad de los usuarios de la banca en línea.
El 15 de mayo de 2020, el Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) aprobó las adecuaciones para ampliar y fortalecer el Servicio de Verificación de Datos de la credencial para votar, a fin de ofrecer mayor flexibilidad para la verificación y la autenticación mediante tecnologías biométricas, incluyendo la comparación facial.
Cecilia Azuara Arai, titular de la Unidad Técnica de Transparencia y Protección de Datos Personales del INE, explicó que si bien en el instituto han trabajado en medidas en la materia, éstas se han fortalecido atendiendo principios rectores de la protección de datos que la ciudadanía provee al Registro Federal de Electores.
José Antonio Quesada, vicepresidente de Política Regulatoria de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), reconoció el apoyo del INE en la validación de la identidad, aunque algunas instituciones bancarias emplean otras bases de datos, pues en sus disposiciones, la CNBV no impone un proveedor en particular, como el caso del INE.
“Hay bancos que tienen tecnologías muy robustas que vienen haciendo la validación desde hace meses, pero hay otros que no, que todavía estaban en proceso”; “lo que pide la CNBV en sus disposiciones, en sus circulares, es el tema de la validación; no dice con quién tiene que ser, ni necesariamente todavía con qué rigor tiene que ser”.
Entonces, ya sea que varios de los bancos generen sus propias bases de datos, que cree una general para el sistema financiero, o que el Banxico eche andar su proyecto y lo pueda conectar con el Registro Nacional de Población (Renapo), por el momento todos son escenarios plausibles.
Juan Sadurní, director general de Nae México, subrayó que el fraude tiene un costo gigantesco paras las instituciones, por lo que utilizar datos biométricos y tecnología para la autenticación es más eficaz en casos de duplicación, por ejemplo, además de que reduce costos.
Sin embargo, alertó que la información biométrica envejece y se puede capturar de manera imperfecta, por lo cual existen sistemas que actualizan los datos de manera constante, a través de reportes de identificación, y con la unificación de identidad de otros sistemas.
Desde hace varios años, los bancos empezaron a avanzar en materia de biometría, con lo que tienen ya una ventaja competitiva; el incentivo para compartir información, sostuvo el especialista, tiene más un carácter de prevención de fraude.
Cecilia Azuara explicó que la biometría consiste en la medición, almacenaje y comparación de algunas características de los individuos, que incluye la conducta de las personas y los rasgos físicos de los seres vivos, y la cual requiere del consentimiento del titular.
La biometría estática se encarga de características físicas y fisiológicas, como huella digital, rostro (reconocimiento facial), retina, iris, geometría de la mano, entre otras; en tanto que la dinámica, se refiere las conductuales o de comportamiento, como firma autógrafa, escritura, voz, la forma de oprimir un teclado o de caminar.
C$T-GM