Con la instalación de 238 urnas electrónicas en los comicios locales de Coahuila y el Estado de México, el país volverá a usar este tipo de dispositivos que captan cada vez más la aceptación y confianza de la ciudadanía; sin embargo, hay voces que aseguran que es momento de romper el viejo paradigma de la presencialidad a través del uso de tecnología biométrica, la Inteligencia Artificial (IA) y el dispositivo rey de la era digital: el smartphone.
“El tema con la urna electrónica es que seguimos pensando en que la persona llega y presenta su credencial a otra persona, que es funcionaria de casilla y se verifica su identidad, como si fuera en papel, pero esto tendría que evolucionar, aprovechando que el INE tiene la base de datos biométrica más grande del país… Ya la tecnología nos brinda muchísimos mecanismos para llegar a un nuevo paradigma”, destacó Sergio Martínez.
Para el experto, quien es Chief Research and Development Officer de IQSEC, el voto electrónico se debe entender como el sistema para recibir el sufragio, ya sea de manera presencial en una casilla, que puede ser en una urna electrónica, o vía remota a través de un smartphone o computadora.
“El voto electrónico abarca desde el punto donde se hace la votación, hasta la publicación de resultados; ahí pueden intervenir varios sistemas y en cada uno de ellos es importante mantener la seguridad de la información, que no se modifique, que no se pueda observar, ni alterar la transacción”.
Si bien reconoció que uno de los retos sería contar con un marco regulatorio para este tipo de elecciones, la evolución del sistema, tendría que romper el viejo paradigma de ir a la casilla, llevar la credencial para votar y que una persona valide la identidad del elector, y ofrecer toda la transparencia.
Es decir, explicó en entrevista para ConsumoTIC, para verificar la identidad del elector se puede recurrir a la autenticación con la toma de una fotografía (biometría facial), a la que se le realice una prueba de vida con Inteligencia Artificial (IA), así como captura de huellas con dispositivos especiales.
También se podría utilizar un mecanismo criptográfico homomórfico para cifrar la información y operarla sin que sea descifrada, protocolos de doble agencia y otros que permiten transparentar procesos, como el conteo de votos y los resultados de la votación.
Estas soluciones, expuso el especialista, garantizan la autenticidad, la secrecía y la precisión que requieren los procesos electorales.
Ante la posibilidad de un apagón de energía eléctrica o de desconexión de internet, Sergio Martínez, señaló que el votante tendría como comprobante de que emitió su sufragio un tipo de acuse de recibo, con un identificador único, con el que se garantiza que la transacción ya se envió y se procesó.
Por otro lado, en localidades lejanas donde no se tenga acceso a la red, la institución tendría que pensar en hacer llegar la tecnología a esos puntos, quizá a través de algún centro de captura en alguna oficina del instituto y se tendrían que tratar mediante algún procedimiento extraordinario.
“El paradigma nuevo o el que queremos que funcione es que esta autenticación ya no se haga a través de una comprobación humana, sino que sea a través de una comprobación informática… En muchos países en el mundo se hace y México se está quedando un poco rezagado en esa parte, creo que es momento de apostarle también a la tecnología en la parte electoral”.
En la inauguración de la Exposición Tecnología aplicada para Procesos Electorales y de Participación Ciudadana, realizada por el Instituto Nacional Electoral (INE), el experto de IQSEC presentó tecnologías de ciberseguridad aplicables al voto electrónico, como biometría dactilar y facial, y prueba de vida.
En México, el uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) en comicios no es nuevo. El modelo de votación electrónica presencial se ha utilizado en los procesos locales de 2019-2020, 2020- 2021 y los de 2020-2022. De hecho, estados como Coahuila, Jalisco y la Ciudad de México, cuentan con desarrollos propios que han sido utilizados desde hace años en elecciones reales con validez oficial.
El 4 de junio próximo será el cuarto ejercicio en el que se ponga a disposición el voto electrónico presencial en Coahuila y Estado de México mediante la instalación de 238 urnas electrónicas en la modalidad de prueba piloto vinculante.
En Coahuila, se instalarán 74 de estos dispositivos para igual número de casillas básicas y contiguas del modelo desarrollado por el Organismo Público Local (OPL) de la entidad; mientras que en el Estado de México habrá 164 urnas electrónicas para igual número de casillas básicas y contiguas: 64 del modelo desarrollado por el OPL de Jalisco y 100 del modelo desarrollado por el INE (urna electrónica 7.0).
El modelo de urna electrónica 7.0 se integra por dos módulos, el de votación y el de impresión, que en conjunto tienen un peso de 7.5 kilogramos. Cuenta con un mecanismo de operación por tarjetas: una para iniciar la operación y otra para que la o el votante pueda emitir su voto.
A través de audios se guía a la persona que opera la urna y a los propios electores, y además cuenta con una tarjeta para accesibilidad de las personas con alguna discapacidad, que permite utilizar unos audífonos y una plantilla Braille en la pantalla, así como un módulo de respaldo de batería con una duración de ocho horas.
El Sistema de Voto Electrónico por Internet para las y los Mexicanos Residentes en el Extranjero también podrá ser utilizado este 2023, previo registro, para la elección de la gubernatura de Coahuila y el Estado de México.
C$T-GM