Síndrome de “burnout”, padecimiento frecuente entre trabajadores.
Si bien en México, 64 por ciento de los empleados, tanto tradicionales como los que trabajan en modalidad “home office”, cree que el país enfrenta una epidemia de estrés laboral, más del 50 por ciento ve improbable que sus empleadores implementen en un futuro cercano la semana de cuatro días que ya opera en diversos países.
“Sin duda, uno de los principales factores de este padecimiento -fatiga por estrés laboral o síndrome de ‘burnout”- es no contar con una política que regula las horas extra laboradas por los trabajadores”, destaca que el estudio “The Future of the Working Week” realizado por Citrix en nueve países, incluido México.
El reporte muestra que en México, 95 por ciento de las personas entrevistadas contestó que ha trabajado horas extra durante su carrera profesional y 44 por ciento reportó que se encuentra en esta situación todos los días.
Además, el promedio de horas extras trabajadas semanalmente es de tres horas y 29 minutos; 18 por ciento contestó que labora entre cuatro y siete horas más a la semana y el 13 por ciento que trabaja más de ocho horas extra.
Entre las principales motivaciones que los colaboradores mexicanos tienen para trabajar horas adicionales, se encuentra la expectativa de obtener un ascenso o bono laboral (28 por ciento) y para cumplir con flujos de trabajo y metas no realistas (23 por ciento).
En los últimos meses, diversas empresas en países como Japón, Nueva Zelanda o España han implementado la semana laboral de cuatro días como una política interna, sin aumentar las horas de jornada diaria y con el salario completo para sus colaboradores.
“Aunque las tecnologías de movilidad han impulsado políticas de trabajo más flexibles, en México este concepto resulta todavía muy lejano para los trabajadores ya que el 44 por ciento cree que su empleador no estará nunca en la disposición de implementarlo”.
Además, señala el reporte, el 51 por ciento de los trabajadores piensa que no resulta probable que sus empleadores implementen este tipo de medidas en un futuro cercano y 74 por ciento se siente más cerca de una semana laboral de seis días que de cuatro días.
Siguiendo con la premisa de los cuatro días laborales a la semana, 86 por ciento de los empleados mexicanos contestó que sí lo aceptaría, pero solamente si significara mantener el mismo salario.
Del 4.0 por ciento que no aceptaría la propuesta, aunque se mantuviera el salario, la mitad dijo que no lo haría por preocupación a que se le reduzcan otro tipo de beneficios no salariales como las vacaciones o el trabajo flexible. Además, el 31 por ciento no lo haría por preocupación a parecer menos comprometido que el resto de sus compañeros.
C$T-GM