Es posible usar los autorretratos para elevar seguridad.
Si bien compartir información e imágenes personales puede representar un riesgo para personas y organizaciones debido a que pueden ser utilizadas para ejecutar delitos como el robo de identidad o fraudes bancarios; el reconocimiento facial se coloca cada vez más como una herramienta idónea para garantizar seguridad en materia de datos privados.
“Al estar tan vulnerables a la difusión de los datos como usuario mediante mecanismos en teoría inofensivos, se corre el riesgo de convertirse en víctimas de todo tipo de fraudes desde cargos por compras en línea hasta transferencias por medio de las aplicaciones bancarias o a que se usen los datos personales con fines políticos y económicos”, refirió Andia.
En este contexto, refirió la plataforma de seguridad tecnológica, el robo de identidad, los fraudes de tarjetas de pago, así como vulnerabilidades de seguridad en aplicaciones bancarias, pueden ser contrarrestados a través de soluciones basadas en el reconocimiento facial.
«Andia permite que cualquier persona con una aplicación móvil pueda implementar fácilmente sus herramientas y asegurar sus autenticaciones por medio de una simple selfie. Aprovechar el comportamiento del consumidor existente (selfies) para agregar más seguridad a las transacciones y, por lo tanto, reducir la cantidad de fraude. La tecnología nunca almacena las fotos de los usuarios y garantiza la privacidad».
La compañía destacó que también es posible utilizar herramientas para acceder y proteger sistemas sensibles aún si se llegaran a violar las credenciales de un usuario o empleado, pues la plataforma es la última barrera de protección obligatoria.
En el mercado existe una amplia oferta de gadgets y smartphones con reconocimiento facial donde se proyecta sobre el rostro del usuario una malla de puntos infrarrojos para realizar un mapeo en tercera dimensión asegurando un proceso mucho más puntual en el acceso a los teléfonos.
Asimismo, los usuarios tienen acceso a diferentes aplicaciones para hacer stickers de rostros y a plataformas que permiten, por ejemplo, cambiar el género mediante las fotografías en redes sociales, siendo la última tendencia en este tipo de dinámicas el reto de “10 years challenge”, donde se busca comparar una imagen de hace 10 años con una reciente.
Sin embargo, al estar tan vulnerables a la difusión de los datos como usuario mediante mecanismos en teoría inofensivos, se corre el riesgo de convertirse en víctimas de todo tipo de fraudes desde cargos por compras en línea hasta transferencias por medio de las aplicaciones bancarias o a que se usen los datos personales con fines políticos y económicos.
«El mundo atraviesa una época brillante con respecto a los avances tecnológicos, con actualizaciones continuas en todos los ámbitos digitales, sin embargo también es de críticos y precavidos considerar el flujo de información que requieren estos avances para conseguir sus fines. Por lo anterior, es importante que en esta era, la sociedad piense críticamente y aprenda más sobre el potencial que los datos tienen a diferentes escalas».
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