La población mexicana registra elevado consumo de literatura electrónica: AMIPCI
La discusión sobre si el libro digital desplazará al formato impreso resulta estéril, pues lo relevante está en los contenidos y en las grandes ventajas que ofrece la tecnología para construir una amplia base de datos que permita conocer con mayor detalle el comportamiento real de los lectores en México, asegura Juan Carlos Helú, director de novelistik.com.
«El libro digital es una gran tecnología, a diferencia de las limitaciones que impone el formato impreso, tiene capacidad para construir una plataforma de información que nos hable del desempeño de los lectores: conocer si completó la lectura del ejemplar, cuantas páginas leyó, con que periodicidad realiza esta actividad, periodos regulares de compra, incluso las preferencias literarias por edad o sexo y por supuesto tendencias».
Por ello novelistik.com efectuó la transición de ser sólo un espacio digital de autopublicación -como hay muchas-, para convertirse en un ecosistema social en torno a la literatura y una plataforma de información y análisis de datos que «nos dará luz sobre la dirección que debemos tomar como parte de la industria editorial, se trata de un esquema que traerá consecuencias claras».
En la actualidad la industria editorial tradicional publica libros sin tener elementos que le anticipen como van a funcionar en el mercado, enfrenta elevados costos por almacenar ejemplares que si no registran la demanda esperada, las casas editoriales se verán obligadas a rematar esa edición, lo cual repercutirá en el precio de otras.
Helú destacó como otras industrias y firmas como Netflix han logrado sacar ventaja tecnológica sobre la tv abierta o restringida e incluso del cine; conocen con exactitud la hora de mayor demanda de su oferta, la frecuencia con la que se realiza su consumo, los contenidos más comerciales, incluso cuando una película creció en su demanda o dejó de ser interesante para el mercado, elementos todos que también pueden replicarse en los libros digitales.
Amazon ha logrado comercializar tanto libros impresos como digitales en Estados Unidos, que es uno de los mercados de literatura más grandes de literatura en el mundo; «hoy capta 50 por ciento de la demanda del libro tradicional, y 80 por ciento del formato digital, además de tener una amplia plataforma de datos sobre su mercado de lectores, información que lamentablemente no comparte con nadie.
Juan Carlos Helú aseguró que el avance de la lectura digital en el mercado global es positiva, tan solo en 2014 el valor de la industria editorial tradicional en EU fue de casi 10 mil millones de dólares, frente a los 5 mil millones de los libros digitales; para 2018 se calcula que su valor será similar.
«Pero para que el libro impreso desaparezca tendría que convertirse en un problema ecológico, lo cual es improbable; sigue teniendo ese halo de romanticismo de traerlo consigo, que lo firme el autor, de leerlo aún cuando no haya luz; es difícil anticipar una vida corta para este formato, sobre todo si se considera que en algunos casos es concebido como un objeto de arte de mucho valor para algunos coleccionistas, y los autores siempre querrán verlo en un estante junto a otras grandes obras».
Mauricio Angulo, Vicepresidente de Educación y Cultura de la Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI), indicó como desde 2015 este organismo camaral emprendió un proyecto que busca darle un trato igualitario tanto al libro impreso como al digital, por las implicaciones que esto tiene en materia de derechos de autor, comercialización, seguridad y mercadotecnia.
«Sin embargo, el objetivo más importante es que la gente tenga claro que el formato impreso o digital no es lo más importante, lo relevante es el libro y sus contenidos; lo relevante es el alcanzar una penetración más óptima en los hábitos de lectura de la población mexicana, la cual pese al estigma que tiene de bajo nivel (2.9 ejemplares per cápita) consume mucha literatura electrónica.
C$C-EVP