Repensar el futuro estará en manos de toda la sociedad, será necesario para romper esquemas rígidos y reiniciar todo, porque el mundo se desenvolverá en un “escenario mutante”, caracterizado por un cambio turbulento, de elevada complejidad, incertidumbre permanente, ambigüedad ubicua, y en el que la escuela será el instrumento más poderoso para la economía digital.
Germán Escorcia, consultor en América Latina sobre innovación, aprendizaje y competitividad, precisó que desde antes de la pandemia había empezado en el mundo un cambio turbulento con la llegada de las tecnologías digitales, las nuevas formas de negocio, así como las modificaciones en la política y en los flujos migratorios.
“Hemos venido cambiando como humanidad todo el tiempo, ¿Cuál es el asunto del cambio? La velocidad. Las generaciones anteriores podían ver venir y eventualmente gobernar los cambios. Nuestra generación ahora no los ve venir y menos aún los puede gobernar, es un poco parte del problema”.
En el webinar “Conectividad y Metaverso. Las nuevas invitaciones”, añadió que la pandemia cambió el rumbo hacia lo que denominó “el mundo R”, que obliga a dos grandes acciones: Repensar las organizaciones y Reimaginar nuevos escenarios hacia el futuro. Repensar el futuro, incluso hasta en los aspectos más elementales.
Se necesita para ello incorporar nuevas herramientas, romper muchas de las exclusiones que los sistemas actuales crean en las comunidades, así como refinar habilidades para enfrentarse a un mundo con muy alta conectividad, elemento del cual se sabía su importancia, pero al que no se le había prestado mucha atención.
“La falta de conectividad la habíamos convertido en una barricada detrás de la cual escondimos nuestras incompetencias. Si alguien viene y dice: voy a quitar la barricada, entonces aparecerá la verdad de lo que no habíamos hecho, porque como siempre decíamos que no había conectividad y dejamos de hacer muchas cosas”.
En el nuevo escenario que describió conviven las tecnologías exponenciales, como Big Data, Cloud Computing, robótica, Realidad Aumentada y Realidad Virtual, entre otras, con una economía inmaterial; además, se está transitando de una sociedad de información y conocimiento hacia una sociedad de imaginación y creatividad.
“La economía se está moviendo de las fábricas a las mentes; la economía anterior se movió de la agricultura a las fábricas. Ahora tenemos una economía que se movió de los átomos a los bits”, abundó tras destacar las grandes inversiones que se han realizado para el lanzamiento de enjambres de satélites autónomos o el despliegue de fibra óptica submarina en búsqueda de una conectividad global.
Por ello, atraer y retener la atención será la nueva fuerza directriz de la economía de los próximos años, lo que a su juicio es mucho más justo para el ser humano: que la economía se base en su mente.
“Eso hace que la escuela sea el instrumento más poderoso, para generar el futuro; la economía de la imaginación se basa en la escuela; entonces, tenemos que cambiar lo que pasa en la escuela”, enfatizó en el encuentro organizado por el movimiento Educación con Rumbo.
El metaverso, a su vez, ha empezado a aprovecharse en la educación y tendrá un impacto revolucionario, puesto que en vez de explicar el movimiento de equilibrio uniforme, ejemplificó, los alumnos y alumnas podrán vivirlo como una experiencia personal, lo que significa un aprendizaje muy distinto a leerlo de un libro.
“Esto se convierte en un método que tendrá un impacto supremamente importante en la educación. Hace que sea obligatorio para los educadores el ejercicio responsable de su profesión aprendiendo esto. No podrán alegar ignorancia, porque las generaciones siguientes necesitan que los educadores lo entiendan, para poderles ayudar a vivir estos espacios, que serán los espacios de su propia economía y de su propia realidad”.
C$T-GM