Necesario definir roles y acuerdos.
Aunque uno de los mayores atractivos de una startup es la posibilidad de ser «tu propio jefe», el desarrollo de este tipo de proyectos suele implicar la presencia de varios fundadores, lo cual obliga a pensar en decisiones importantes relacionadas con la división equitativa de acciones que se refleja en obligaciones, responsabilidades y ganancias.
«En el argot se dice que el reparto de una startup es un éxito si todos los cofundadores son igualmente infelices. Es un punto complejo que tendrá grandes repercusiones en el futuro y en el que muchos emprendedores cometen su primer error, puesto que no necesariamente se trata de una división equitativa, sino de un reflejo de obligaciones y responsabilidades», señala Israel Cerda de la Garza, socio de la firma G2 Consultores.
En opinión del especialista, uno de los principales errores es creer que todos los integrantes de una startup van a aportar lo mismo, por lo que es necesario identificar las funciones de cada persona y el valor con el que contribuyen.
«Vale la pena establecer acuerdos por adelantado describiendo los escenarios negativos que podrían ocurrir en el futuro, de esta forma evitarían muchas controversias y aumentarían las posibilidades de éxito de las nuevas empresas”.
En este contexto, Cerda de la Garza refirió que de acuerdo con lo que opina Joel Spolsky, creador del software de gestión de proyectos, Trello, es importante delimitar desde el comienzo a quién se considera socio o fundador, sobre la base de que si los cofundadores no dedican tiempo completo a la startup, el trato y la retribución deben ser diferentes.
«Partiendo de esto, antes de una etapa de inversión, el reparto debería considerar que los cofundadores conserven entre 80 o 90 por ciento de la empresa, de esta forma todavía pueden hacer acuerdos entre los accionistas y delegar, en una persona, todos los derechos de voto para las decisiones estratégicas».
El directivo de la empresa especializada en generar estrategias para proyectos emprendedores subrayó que dado que lo habitual es que todo proyecto se inicie con un grupo reducido de personas, es fundamental dejar claro quién estará al frente de cada área de trabajo.
Para cada una de las etapas de crecimiento de las startups se requieren de personas con talentos y capacidades adecuadas para alcanzar los objetivos, por lo que es necesario más integrantes, quienes pueden ir desde trabajadores, inversores, asesores o colaboradores; sin embargo, es necesario entender bien qué aportan al proyecto, para qué se necesitan y durante cuánto tiempo.
Un aspecto clave es el reparto, y por ello el especialista recomienda ser cuidadoso para no perder más del 20 por ciento en las primeras rondas frente a inversionistas. Dentro de las mejores prácticas de la industria los fundadores deben mantener hasta 50 por ciento antes de una inversión serie A, sobre todo para que sigan motivados en el proyecto.
Un ejemplo del reparto para la primera ronda de financiamiento, refirió, sería que los fundadores conserven entre 20 o 30 por ciento, los inversores Ángel también entre 20 y 30 por ciento; y los proveedores de capital de riesgo de 30 a 40 por ciento.
“Cuando llegas a series B, C, o D, si ya tienes 10 por ciento a lo mejor van a preferir que otra persona realice su trabajo y enfocarse en otro emprendimiento en donde sea más rentable”, indicó el miembro de G2 Consultores.
C$T-GM