Carecen de voluntad y consenso político.
Si bien desde hace dos décadas se habla de las Ciudades 4.0 y su impacto benéfico en la sociedad, en América Latina sólo 1.0 por ciento de las urbes están utilizando inteligentemente las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) para convertirse en Smart Cities.
En opinión de Alejandro Prince, director de Prince Consulting, la barrera para impulsar este tipo de espacios no es tecnológica ni económica, sino de voluntad política y la ausencia del consenso necesario para emprender este tipo de proyectos.
El estudio publicado por 5G Americas, indica que el especialista definió el concepto de Ciudades 4.0 como un espacio geográfico, cultural, político y administrativo en el que el gobierno y la comunidad adoptan el uso inteligente de las TIC para generar innovación y desarrollo sustentable.
En el análisis indica que para 2020 se estima que el número de dispositivos conectados por persona rebase los 6.5, situación que impulsará a su vez el concepto de las Ciudades Inteligentes por la capacidad de comunicar las infraestructuras y los servicios con el usuario final a través de más dispositivos y aplicaciones.
Internet de las cosas, big data, IA (Inteligencia Artificial), la Nube y Blockchain, entre otras tecnologías, se utilizan para lograr convertir más datos en información, más información en conocimiento y éste en inteligencia para resolver problemas y crear valor cívico”.
La adopción de las TIC en el contexto de la Ciudad 4.0 permite generar oportunidades de innovación para el futuro desarrollo de las capacidades individuales y colectivas de una comunidad formada por gobierno, empresas, sociedad civil y la academia.
Si bien el componente tecnológico es clave para llevar a cabo los proyectos relacionados con el desarrollo de las ciudades inteligentes, el consenso político es fundamental, dijo el experto en sociedad y economía del conocimiento.
Para Prince, en el contexto de una tercera revolución industrial enfocada en la colaboración, Internet figura como un elemento central que involucra el uso humano, pero también las comunicaciones entre máquinas en el contexto del Internet de las Cosas (IoT).
La conectividad aparece como un elemento central que permite conectar las comunicaciones entre personas, máquinas y entre todo el ecosistema tecnológico. La personalización de dispositivos y plataformas permite aumentar el uso de servicios del IoT, cómputo en la nube, inteligencia artificial y analítica de Big Data”.
Estas soluciones digitales, habilitadas por conectividad de redes que incluyen las móviles, conectarán a la infraestructura de la ciudad, como transporte y energía, con servicios que permitirán hacerlas más “inteligentes”.
Esta inteligencia se deriva no de la aplicación en sí de la tecnología, sino de la capacidad de extraer más información de estas infraestructuras, analizarla y generar valor a través de la mejora de procesos, la planeación urbana y los servicios prestados a la sociedad”.
El desarrollo tecnológico es clave para permitir, por ejemplo, la reducción histórica en el precio de la producción de tecnología y pronósticos de apropiación de las TIC.
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