Geolocalización, una riesgosa herramienta.
Las redes sociales como Facebook, Twitter o Instagram poseen una alta popularidad y estamos acostumbrados a ver y compartir contenido de nuestro día a día; decir qué estamos haciendo, con quién estamos y en dónde, es una práctica común, pero ¿cuáles son los riesgos asociados?.
En opinión de Almudena Abolafia, analista de ciberseguridad en everis, frases aparentemente inofensivas como “ya huele a mar” o “como en casa en ningún sitio” en un tweet o acompañadas de una foto en Facebook o Instagram con datos de geolocalización, pueden ser la llave de entrada para un ladrón.
«Casos de bullying, chantajes, pedofilia, secuestros y hasta robos en casas suceden como consecuencia de un mal uso de las nuevas tecnologías y una ausencia de conciencia o laxitud respecto a la privacidad y la compartición de información a través de Internet».
En las redes sociales es común encontrar perfiles públicos o poco restringidos en donde es posible encontrar en el apartado de “información personal” datos que permiten identificar a una persona, revelar una forma para ponerse en contacto con ella o localizarla, sus aficiones e incluso, sugerir circunstancias sociales y familiares; este tipo de datos son muy valiosos para los cibercriminales, que pueden utilizarlos para cometer delitos.
Sin embargo, los perfiles privados tampoco están exentos de riesgos, pues las plataformas en las que se publican pueden tener agujeros de seguridad o existir intereses ocultos y producirse filtraciones de datos, como ocurrió recientemente con Facebook.
En opinión de Abolafia, parte de la solución a estos riesgos está relacionada con revelar la menor información personal posible y tener especial sensibilidad con las publicaciones en Internet que se realicen.
«En este punto, los invito a hacer una reflexión: ¿eres de los usuarios que publica fotos en redes sociales? Aunque parezca un comportamiento poco trascendente, lo cierto es que entraña un riesgo significativo si no se han tomado las medidas de seguridad oportunas».
Por ejemplo, si una persona suele tener el GPS activado en su dispositivo o tiene habilitados los permisos de acceso a la información de ubicación para la aplicación de la cámara, todas las fotos que comparta por Internet contienen información sobre su localización en el momento de tomar la instantánea.
«Esta información se conoce como metadatos y es fácilmente extraíble con solo tener acceso a la foto. Ahora bien, ¿qué opinas si cualquier usuario pudiese saber dónde te encuentras tú o tus allegados en todo momento?».
La especialista refiere que cada vez es más frecuente que bandas de delincuentes recurran a técnicas de ingeniería social y recolección de información para cometer robos o fraude; al analizar los perfiles en redes sociales de sus víctimas, pueden llegar a conocer dónde viven y en qué momento se encuentra la casa vacía para perpetrar un robo.
Aunque en Europa se dio un paso importante en materia de privacidad con la emisión del Reglamento General de Protección de Datos, que ayuda a proteger el tratamiento y la circulación de los datos personales de las personas físicas, la analista de everis opina que el punto más importante es aumentar el nivel de conciencia individual sobre los riesgos digitales.
«Es necesario concientizar a todos los niveles, pero especialmente a los más jóvenes, que serán el futuro del mañana. Es muy importante que se enseñe desde niños a hacer un buen uso de las nuevas tecnologías para evitar que se produzcan casos de acoso, chantaje, robos, etcétera y que, generación tras generación, construyamos una sociedad más segura y personas más celosas de su intimidad».
C$T-GM