México podría obtener beneficios adelantados, como “early adopter”de la Recomendación sobre la ética de la Inteligencia Artificial de la UNESCO, aunque ello implicaría grandes retos como la inclusión del tema en programas educativos y políticas públicas, pues los alcances de esta tecnología aún son desconocidos tanto por la ciudadanía como por funcionarios.
Rafael Morales, doctor en Ciencia Política por la FCPyS UNAM, integrante del Civic Innovation Lab de la UNAM, consideró que México se encuentra en un muy buen momento para ubicarse como “early adopter” de dicha recomendación, pues si bien el tema de la IA está en desarrollo se requiere un esfuerzo colosal, en materia de coordinación de recursos, así como fijar una agenda que trascienda el ciclo sexenal, además de buscar trabajo colaborativo y dejar de operar esfuerzos aislados.
“Hay que avanzar en varios frentes: primero, retomar el tema de la agenda donde se quedó. Este nuevo gobierno trae una estrategia digital nacional que bien a bien no termina por afinarse, que pareciera que está anclado a temas relacionados con soberanía tecnológica, pero que no se destraba, necesitamos sacar de ahí esa discusión, ampliarla y llevarla al Congreso”.
Sofía Trejo Abad, investigadora y profesora especializada en sistemas dinámicos y en ética de la IA de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), advirtió como una oportunidad incorporar el tema de manera transversal, como una materia obligatoria en programas educativos del país, además de sensibilizar a los investigadores y académicos.
“Hay que impulsar que se incluyan a los planes de estudio, con una aproximación crítica e interdisciplinaria, porque hay pocos programas a nivel nacional que tienen materias que hacen referencia a la ética de la IA o de la ciencia de datos, pero por lo general son optativas y deben ser obligatorios”.
Además de señalar que existe escasa información respecto ética de la IA accesible para el público en general, sobre todo en español, dijo que los esfuerzos también deben tomar en cuenta el contexto, aspectos sociales, económicos y culturales de México y/o América Latina y que los materiales se alineen con las necesidades los grupos históricamente marginados.
En el mismo sentido, Diego Flores Jiménez, Director para Nuevas Tecnologías y Asuntos de Seguridad Nacional en la Jefatura de la oficina del canciller en la SRE, sostuvo que uno de los aspectos importantes a los cuales se enfrenta el sector público es entender los límites y los beneficios de nuevas tecnologías como la IA, de la cual sólo se conocen características elementales.
“Es necesario hacer un proceso de evangelización, de conocimiento de hasta dónde se puede avanzar o cuáles son las condiciones de información básica que debe tener un servidor público en cuanto a estas nuevas tecnologías, porque el pensamiento exponencial es algo que no se ha detonado, es ajeno a nosotros como seres humanos y es a partir de esto que debemos de comenzar a diseñar toda esta serie de de posibles capacitaciones”.
En el panel de discusión sobre la Recomendación de la UNESCO, organizado por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), coincidió con la doctora Sofía Trejo, en el sentido de reconocer los contextos para la adopción y desarrollo de la tecnología en cada país, porque ante las diferentes perspectivas un modelo norte-sur pueden presentar sesgos muy serios.
“Necesitamos desarrollar con base en nuestros propios contextos, de México, de los distintos países de Latinoamérica; eso es fundamental y, sobre todo, impulsar alianzas entendidas desde una perspectiva multi-actor, con las cuales se detonen semilleros de científicos de datos, que son la base de la IA, Machine Learning y toda la serie de tecnologías”.
Tras recalcar el esfuerzo del IFT en materia de 5G para orientar la agenda en materia de ciencia, tecnología e innovación, Andrea Escobedo Lastiri, directora de Relaciones con gobierno y asuntos Regulatorios de IBM México, reconoció que hay iniciativas muy potentes pero dispersas, por ello que la recomendación demuestra la necesidad de un esfuerzo más concertado.
Para que la ética sea un factor crucial desde la concepción y diseño de la IA y sean operativos los principios de transparencia, confiabilidad y para obtener resultados imparciales, dijo, agregaría procesos de entrenamiento de evaluación de riesgos, de auditoría, supervisión de mitigación de sesgos y de mejora.
“Esta es la parte que tenemos identificada para las empresas, pero vinculado con estos puntos a los gobiernos les toca promover un marco de políticas públicas que permita transitar de la parte de las etapas de investigación a la fase operativa, porque la demanda de transparencia es distinta, no puede ser la misma en ambientes controlados a cuando ya estamos pasando a la vida real”.
En México, de acuerdo con datos de IBM y Morning Consult, ha habido una aceleración de la adopción de la ética en la IA del 40 por ciento y el 57 por ciento de las empresas están explorando seguir ese camino.
Es uno de los 15 países fundadores de la Alianza Global sobre la Inteligencia Artificial (AGIA), junto a Alemania, Australia, Canadá, Corea, Eslovenia, Estados Unidos, Francia, India, Italia, Japón, Reino Unido, México, Nueva Zelandia, Singapur y la Unión Europea. Y también uno de los primeros 10 en el mundo en presentar una estrategia de IA
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