Regular sin suprimir la libertad de expresión es una tarea compleja que requiere un análisis cuidadoso, sobre todo cuando se habla de redes sociales donde se pueden generar fenómenos relacionados con la falta de pluralidad, discursos de odio y «fake news» que no pueden enfrentarse con una solución única.
Recientemente China aprobó una ley para regular el ciberespacio en materia de datos, para que sean clasificados en función de su valor económico y relevancia para la seguridad nacional. La tendencia de imponer restricciones o regulaciones en internet ha sido causa de controversia desde hace varios años.
“Al estar basado este modelo de negocios en un consumo ilimitado por las audiencias, donde te van enganchando una y otra vez para que sigas consumiendo contenidos, la recolección de datos empieza a ser masiva; todos estamos aportando datos y aquí es donde se van a aprovechar las inseguridades”.
Como sabemos, recalcó Clara Luz Álvarez, profesora investigadora Universidad Panamericana, el discurso de odio y las noticias falsas venden más y generan más información que las noticias verdaderas.
“Lo peor del caso es que las personas en situación de vulnerabilidad son aquellas que más entregan información y por tanto las que podrían ser mayores víctimas de los esquemas de explotación masiva de datos para fines de campañas negativas”, advirtió en la conferencia «Pluralidad y ciberseguridad, ¿amenazadas por las redes sociales?”
Al cuestionar si el mundo digital es distinto del mundo tradicional, admitió que siempre ha existido desinformación, discurso de odio, polarización de la ciudadanía, reglas inequitativas del juego y espionaje, aunque la diferencia es que el ciberespacio permite la amplificación de los mensajes y los usuarios pueden actuar con dolo o no, con algoritmos que juegan un papel decisivo en el alud de contenidos que hay en redes sociales.
Con relación a la ciberseguridad, la experta habló de ciberataques que podrían estar enfocados en generar discursos de odio o que busquen, como ha señalado la Organización de los Estados Americanos (OEA), que se tenga la sensación de que no existe una verdad, lo que a su vez podría tener efectos en la confianza en las instituciones y las autoridades.
“Hay ciberataques para obtener lucro, pero también hay otros por venganza, por protesta o para socavar la democracia y la confianza en las autoridades; algo que ha destacado en distintos espacios la ONU, de su última revisión de los países de América Latina fue que hay mucho ciberataques que lo que buscan es que tengamos una sensación de que no existe una verdad”.
Si bien afirmó que existen muchas diferencias con la delincuencia en el mundo físico, en el ciberespacio todo el tiempo hay ciberataques. “En el ciberespacio las guerras son 24 horas siete días a la semana, no tienen patria, es algo con un alcance global, no hay un territorio específico para la ciberdelincuencia y además puede haber ataques dirigidos por ciertos Estados-nación”.
Por otro lado, en el coloquio realizado de manera virtual por el Programa Universitario de Estudios sobre Democracia, Justicia y Sociedad (PUEDJS) de la UNAM, recordó que en las mismas redes sociales literalmente cualquier persona puede ser ser copartícipe para crear una sola visión del mundo, con dolo o no.
“Hay algo que se está discutiendo, ya cada vez de mayor manera: la capacidad que debemos de tener la ciudadanía de descubrir contenidos relevantes y plurales. ¿Cómo hacer para descubrir estos contenidos en un océano de información, cómo hago para encontrarlo, sobre todo ante este alud y todo este exceso de contenidos?, cuestionó.
C$T-GM