La norma tendrá vigencia a partir de noviembre.
Combatir el robo de identidad, así como la necesidad de establecer mecanismos de autenticación entre los usuarios de pagos electrónicos y del sector financiero en general, hará imprescindible la incorporación de nuevas tecnologías como la biométrica, mercado que globalmente se calcula crecerá a un ritmo anual del 31.4 por ciento y alcanzará un valor de 28.4 mil millones de dólares en el periodo 2018-2023.
En el mercado mexicano esta tecnología será impulsada por la vigencia de una nueva normatividad a partir del 30 de noviembre de este año, impuesta por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) que junto con otras autoridades busca prevenir y detectar con mayor eficiencia fraudes como la suplantación de identidad y reforzar la seguridad de los datos de los usuarios.
“El proceso consiste en que las instituciones de crédito deben validar en línea los registros del INE la huella digital del solicitante de manera previa a la contratación de algunos servicios o de la realización de ciertas operaciones”, precisan en un comunicado los organizadores de la Expo Seguridad México.
Sin embargo, en términos más amplios el objetivo de incorporar la biometría, es lograr que todos los datos personales de un individuo puedan ser capturados, almacenados y sometidos a la Inteligencia Artificial y a la aplicación de algoritmos.
“Desde luego, esto provocará que los criminales busquen explorar la forma de vulnerar los controles de una nueva tecnología de generación de almacenamiento y procesamiento de datos personales. Ya no solo buscarán obtener el número de la tarjeta de crédito, sino que intentarán extraer el registro de las huellas digitales, o de la retina, e incluso de la voz”.
Ello explica por qué algunos especialistas anticipan que el uso de la biometría deberá considerar otros recursos que contribuyan a realizar una autenticación más segura, es decir, el uso de dos o tres elementos o mecanismos tradicionales como incluir una contraseña, o un token.
“Se trata de componentes que contribuyen a que una operación sea más segura, pero en especial la biometría se basa en un ecosistema de software muy complejo que controla puntos de almacenamiento o resguardo muy extensos que pueden elevar la dificultad para implementar esquemas de resguardo porque se amplía la superficie de ataque”.
Se anticipa que esta tecnología será utilizada en distintas modalidades: 22 por ciento en biometría móvil; 22 por ciento en sensores 3D y 19 por ciento en desarrollos para atención médica, con todo y que los expertos reconocen que todavía se está en las primeras etapas de la verificación y autenticación de identidad basadas en biometría.
No obstante, que el desarrollo de la biometría aún está en sus inicios, ya se anticipa que servirá como una solución viable para la creciente avalancha de delitos, se prevé que pronto llegue la evolución de los sistemas biométricos unimodales (registro de un rasgo a la vez) a la implementación de los multimodales (rostro, huella digital, voz) que utilizan al menos dos rasgos para identificar la identidad del usuario.
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