Automatización, más que amenazas trae oportunidades.
Desde que las máquinas comenzaron a funcionar dentro de diferentes espacios de trabajo, la pregunta que flota en el aire es si los robots causarán desempleo, generando así una «robotofobia» entre quienes insisten en ver en los avances tecnológicos en la materia más amenazas que oportunidades.
«En la actualidad, la ‘robotofobia’ reflejada en el colectivo social no ha pasado desapercibida por los gobiernos de todo el mundo. Los pedidos de inversiones en educación para preparar a los trabajadores para los empleos del mañana no son nada nuevo, pero han ganado un nuevo enfoque aterrizado hacia los robots y su papel en el mercado laboral», opina Esben Ostergaard, CTO and co-founder, Universal Robots.
Además, en algunos países se están discutiendo nuevas ideas, como el “salario ciudadano”, como una manera de distribuir los beneficios de aumentar la automatización de manera más equitativa en la sociedad; incluso se habla de un impuesto a la «renta» sobre los robots, y los ingresos que esto genere se utilicen supuestamente para proporcionar algún tipo de compensación a los trabajadores humanos que los robots han reemplazado.
«El debate actual sobre tasar o no a los robots está completamente mal calculado. Disminuiría la automatización y evitaría muchos avances tecnológicos. También creará un desequilibrio en la competencia entre países con o sin un impuesto por cada robot».
En cambio, señala el especialista, es necesario ver cómo se mantiene la innovación y la creatividad en todo tipo de industrias. Las empresas y quienes las integran deben discutir cómo se pueden obtener o generar inventores, desarrolladores y usuarios más avanzados de nuevas tecnologías para que las personas y las empresas, junto con los robots, puedan seguir siendo fuertes y competitivos.
Para Esben Ostergaard, la pregunta no es si los robots nos desafían como mano de obra barata, sino cómo las nuevas tecnologías como la automatización, la inteligencia artificial y otras tecnologías pueden mejorar el trabajo y cómo las personas deben actualizarse profesionalmente para aprovechar estas oportunidades.
«Desde una perspectiva global, podemos tomar Dinamarca como ejemplo. El país tiene una base muy buena para convertirse en un pionero de la automatización inteligente. La fuerza laboral se caracteriza por un alto nivel de educación, gran flexibilidad y responsabilidad… Para 2025 se espera que la industria danesa del hierro y el acero carezca aproximadamente a 30 mil trabajadores calificados».
La mayoría de los estudios sobre los efectos de la automatización basada en robots y el empleo humano se centran en regiones geográficas limitadas, como los principales centros de fabricación y en industrias que requieren mucha mano de obra y que dependen en gran medida del tipo de trabajadores que los robots pueden reemplazar fácilmente.
«Esto deja a un lado a grandes mercados en diferentes países de Latinoamérica, Asia, África, entre otros. Según dichos estudios, es probable que los robots tengan un impacto negativo significativo solo en ciertos tipos de trabajos».
Por ejemplo, a medida que el uso de robots en el trabajo de manufactura y ensamblaje se vuelve más común, estos robots inevitablemente reemplazarán a los trabajadores de fábricas que realizan trabajos monótonos, repetitivos y que generan tensión.
En este contexto, las industrias no pueden permitirse el lujo de tener varios millones de dólares en máquinas sin usar y los robots pueden ayudar a las máquinas a continuar con sus tareas rutinarias cuando los humanos no están trabajando.
El mayor tiempo de actividad en empresas de cualquier tamaño hace que la producción sea más rentable, y por ello necesitan operar de forma más fluida e inteligente, así como invertir tiempo y recursos en la actualización.
«También debemos preguntarnos qué mecanismos deben existir para que el valor generado por la automatización beneficie a la mayoría de las personas. La distribución de valor y el marco para los negocios y el mercado laboral del mañana es un tema político importante, que debemos discutir tanto a nivel local como global.
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