La angustia experimentada por olvidar el celular y una mente pendiente siempre de la interacción en redes sociales que provoca pérdida por el interés de otras actividades diarias, son algunas de las señales que dan pauta a considerar la existencia de una conducta adictiva, señaló la doctora Rubicelia Valencia, especialista en innovación y transformación digital.
“La gratificación inmediata que ofrecen las redes sociales, cuyo uso se incrementó después de la pandemia, a través de chistes, memes, likes, y que excede límites como perder interés en el día a día se puede convertir en adicción”, advirtió.
Al señalar que las formas de comunicación han cambiado, la catedrática refirió una investigación realizada entre 35 mil estudiantes de nivel bachillerato que revela que es más fácil acordar un encuentro vía mensaje de texto porque ellos no son capaces de entablar una comunicación humana y personal.
Al momento de invitar a salir a alguien, las personas pertenecientes a la generación “nativa digital, prefieren solo mandar un mensaje que contenga todos los detalles del encuentro y no hacerlo de manera presencial o más directa, expuso en un webinar de la Coordinación General AprendeMx y Televisión Educativa a través de Facebook Live.
Aunque la investigación muestra que los profesores son capaces de percibir que sus alumnos presentan algún grado de adicción a la tecnología; las y los alumnos tienen una visión distinta pues simplemente saben que sus amigos están presentes en el mundo digital y los pueden contactar ahí, en el dispositivo, a través de las redes.
“Es impresionante ver cómo en muchos países los niños de ocho a 10 años, a la hora de recreo ya no juegan a la pelota, a los encantados, no platican; los niños se reúnen para jugar más tarde en Fornite o en cualquiera de los videojuegos, o si los niños tienen celular, poder chatear. Entonces están cambiando estas relaciones humanas”.
La también doctora en Innovación Educativa por la Universidad del País Vasco planteó que se puede trabajar en puntos como visibilidad social, identidad al grupo de pertenencia, relación con amigos, definir si son amigos o solo contactos de redes sociales, ¿conectarse o comunicarse?, y la popularidad medida en likes, retuits y seguidores.
Destacó que las y los jóvenes tienen mayor experiencia, conocimiento y mejores habilidades que los padres o que los maestros, lo que los sitúa en una posición diferente y en la que pueden ser más vulnerables, por lo que enfatizó la importancia de la responsabilidad parental.
Por ejemplo, otro estudio indica que usuarios jóvenes de Twitch, red social de emisiones en directo donde se comparten videojuegos on line, se realizan apuestas; sin embargo, los adultos desconocen este tipo de situaciones. “Los padres saben que están jugando, pero ignoran lo que sucede alrededor. Esta responsabilidad es bien importante tenerla siempre presente.”
Otro aspecto de la brecha generacional es el evidente cambio de las formas en comunicación, pues ahora se logra emitir un mensaje con muy pocas palabras, incluso solo con emoticones y GIF´s.
Y es que cada vez más las personas se están acostumbrando a cosas rápidas, de hecho, un mensaje por WhatsApp mayor a tres renglones y que amerite darle click para seguir leyendo, no despertará interés. “Comprobado está”.
Ello es sumamente peligroso para las relaciones con otras personas porque esa retroalimentación tan inmediata no es una comunicación pensada, está basada en mucha emoción y sentimiento, ante lo cual es importante tener claridad para orientar a los jóvenes.
Subrayó que hoy en día los jóvenes de secundaria quieren dedicarse a ser gamers o youtubers, porque en su imaginación estos cibernautas ganan mucho dinero haciendo lo que les gusta en las redes sociales.
“Todos quieren tener canales, poner fotos, postear, y claro, hay muchos que lo pueden lograr, hay gente valiosa y con mucho talento pero, ¿qué pasa con las habilidades, con las profesiones del futuro que estos chicos deberían estar buscando?, es decir, cosas que les permitan construir un futuro más sólido hacia delante”, añadió Valencia.
C$T-GM