Una de cada seis tiene más trabajo doméstico.
En México, más de la mitad de las mujeres que trabajan en tecnología ha visto un retraso en su evolución profesional a raíz del trabajo a distancia; un escenario preocupante si se considera que lejos de aprovechar beneficios como la autonomía y flexibilidad de horarios, la vida en confinamiento exige a las profesionales combinar su actividad laboral con tareas domésticas y el cuidado de integrantes de la familia.
En el informe «¿Dónde estamos ahora? Entendiendo la evolución de las mujeres en la tecnología», Kaspersky evidenció que 60 por ciento de las mujeres encuestadas realiza la mayor parte del trabajo doméstico en el hogar en comparación con el 44 por ciento de los hombres.
Además, 69 por ciento está a cargo de la escuela de los hijos en casa, frente al 41 por ciento de los hombres, mientras que el 45 por ciento de las mujeres ha tenido que adaptar más su horario de trabajo que el de su pareja masculina para cuidar de la familia.
«Como resultado, el 58 por ciento de las mujeres cree que los efectos del COVID-19 en realidad han retrasado, en lugar de mejorar, su evolución profesional general», señala el estudio realizado para conocer las funciones cotidianas que están restando valor a la productividad o el avance de las carreras profesionales de las mujeres que trabajan en el sector de Tecnologías de la Información (TI).
En general, destaca Kaspersky, se había pronosticado que la vida en confinamiento traería un cambio positivo al igualar las condiciones desde una perspectiva social y de planificación familiar, y que se eliminarían los estereotipos tradicionales sobre la disponibilidad y la longevidad en lo que respecta a la carrera de las mujeres.
Si bien las mujeres de la industria en América Latina prefieren trabajar en casa en lugar de la oficina porque esta modalidad permite laborar de una manera más eficiente y autónoma, los resultados del informe muestran que el potencial del trabajo a distancia para las mujeres en la tecnología no corresponde con el progreso social obtenido en términos generales.
«Casi la mitad de estas mujeres (45 por ciento) ha luchado desde marzo de 2020 por combinar la vida laboral con la familiar, una proporción que es más prominente en Norteamérica que en cualquier otra región del mundo, aunque se trata de una tendencia mundial constante».
Entre las mujeres, la pandemia tuvo efectos distintos: algunas apreciaron que al no tener que desplazarse al trabajo lograron mayor flexibilidad en sus horarios y ahorro de tiempo, mientras que otras confesaron que estaban al borde del agotamiento. Es crucial que las empresas se aseguren que sus directivos estén alineados con la estrategia corporativa para apoyar a los empleados a cumplir con sus responsabilidades familiares.
Si bien estos ejemplos de disparidad social no son exclusivos de la industria tecnológica, sí apuntan hacia una barrera que impide a las mujeres mexicanas aprovechar el cambio del trabajo a distancia que tuvo lugar el año pasado.
Hasta 43 por ciento de las mujeres en tecnología (comparado con 42 por ciento de los hombres) cree que un entorno laboral igualitario sería lo mejor para su progreso profesional, y 47 por ciento piensa que el trabajo a distancia es una forma óptima de lograr esa igualdad.
Al respecto, Merici Vinton, cofundadora y directora ejecutiva de Ada’s List, sostiene que las empresas deben señalar, tanto a través de la cultura como de la política, que darán a los papás y mamás, la flexibilidad que necesitan durante el COVID (y más allá).
«Las empresas deben entender que la representación femenina sí importa, y tener mujeres en el liderazgo, equipos mayoritarios de mujeres y mujeres que participen en entrevistas, demuestra que hay espacio para las mujeres en su empresa. Finalmente, vemos que muchas empresas exitosas se asocian con organizaciones de mujeres que pueden desafiar, impulsar y también brindar inspiración externa a los empleados de la compañía».
C$T-GM