Nadie es ajeno al cúmulo de información que se mueve a través de memes. En la interacción social de la era digital es casi imposible no tener alguna referencia relacionada con algún contenido difundido en este formato que está en las plataformas online, lo que le da una mayor proyección y alcance, ¿pero esto puede pasar del mundo virtual al análogo a través del lenguaje?
En México, donde se cuenta con poco más de 88 millones de usuarios de teléfonos móviles, que representan el 78 por ciento de la población, los memes forman parte de la cultura popular; los internautas son quienes se encargan de viralizarlos, consumiendo, posteando o intercambiando decenas de ellos al día en redes sociales y/o aplicaciones de mensajería instantánea, pero también adoptando “frases miméticas” en la vida cotidiana.
Son una unidad mínima de información que se replica, que se va transformando; son un producto cultural más o una forma de discurso, que puede contribuir a la construcción de identidad, explicó Alejandra Collado, investigadora postdoctoral en el Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG) de la UNAM.
“Un meme como tal es cualquier producto cultural que se reproduzca y se nos quede en la mente, porque ese es el objetivo de un meme, que sobreviva a través de las generaciones, las mentes y las personas; que tenga la posibilidad de viralizarse y seguirse replicando de manera constante, incluso a través de generaciones. Tenemos canciones que son memes, que las puede identificar alguien de 11 años y alguien de 50”.
Sin embargo, en entrevista para ConsumoTIC, la especialista en temas de redes sociales, feminismo y medios de comunicación, precisó que los memes que conocemos a partir del internet o el meme de internet está inserto en la cultura digital; son generalmente imágenes, con un texto que tiene una referencia cultural a algún suceso reciente, suelen ser humorísticos la mayor parte de las veces, virales y anónimos.
Si bien no es un fenómeno reciente, la Real Academia de la Lengua Española (RAE) incluyó la palabra “meme” en su Diccionario de la Lengua Española en el 2018, donde se le define como una “imagen, video o texto, por lo general distorsionado con fines caricaturescos, que se difunde principalmente a través de internet”.
No obstante, por su capacidad de trascender del espacio virtual al análogo y ser un elemento de comunicación que puede transmitir una idea, sentimiento o concepto con un lenguaje sencillo y por su facilidad de consumo, el meme de internet ha sido usado como herramienta educativa, en campañas políticas y de publicidad online y offline.
Asimismo, se ha utilizado para desacreditar a personas, organizaciones, movimientos sociales o instituciones, ante lo cual han surgido otros memes como contrarréplica, elaborados por los grupos o usuarios afectados, ya que existen diversas herramientas para crearlos o descargarlos fácilmente.
”Se puede utilizar tanto para reforzar una idea, un pensamiento, un movimiento y también para hacer la contraparte, para hacer la respuesta. Tiene estas dos vertientes. Podemos encontrar memes que van a mostrar alguna visión hegemónica de algún tema, como la violencia hacia las mujeres, la normalización de determinadas violencias y hay toda una ola de respuestas a esos discursos”.
Las nuevas generaciones están creciendo con esta manera de expresión, que les brinda diversión y un sentido de pertenencia en el mundo digital; están integrando “frases meméticas” al lenguaje cotidiano, pero también, afirmó la experta, los memes están interviniendo en la formación de la opinión pública y cómo se concibe y percibe un tema, una persona o una colectividad.
“Es una forma de expresión que ya se ha integrado a la manera en la que generamos conocimiento, en la que generamos discurso, en la que nos expresamos; tenemos conversaciones a través de memes o respondemos un mensajes a través de un meme… Ya se integró totalmente a la manera de comunicarnos y expresarnos”.
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