La radio y tv pertenecen al «mundo de los adultos».
En la cotidianidad de los adolescentes mexicanos, que representan alrededor del 10.83 por ciento de la población total del país, los dispositivos móviles tienen un protagonismo absoluto para ingresar principalmente a redes sociales como Facebook, Instagram y Snapchat, dentro de las cuales los contenidos audiovisuales más consumidos y compartidos son los «memes» y los «GIFs».
De acuerdo con el Estudio Cualitativo de Contenidos de Consumo de Contenidos de Radio y Televisión por Adolescentes del IFT, la principal actividad que realiza la mayoría de los adolescentes en dispositivos móviles como celulares y tabletas electrónicas es conectarse a internet y acceder a redes sociales.
«Las redes también son utilizadas para compartir fotos y videos breves, y más excepcionalmente para ver series o eventos deportivos. Sin embargo, sí es frecuente que a través de ellas se intercambien comentarios y valoraciones sobre contenidos audiovisuales, incluyendo los de la televisión tradicional».
Más allá de las redes sociales, otro uso importante de los dispositivos móviles, en particular del celular, es para acceder a aplicaciones de streaming y a plataformas como YouTube, y en mucho menor medida para escuchar radio o ver televisión abierta».
«Más allá de que el uso de las pantallas por parte de los adolescentes excede a la televisión tradicional y pueden tener otros usos (streaming, videojuegos, música, internet, etcétera) lo cierto es que se han visto superadas por nuevos dispositivos».
El estudio realizado por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) revela que prácticamente nueve de cada 10 adolescentes que participaron en la investigación dijeron contar con un celular de uso personal, de los cuales 53 por ciento funciona mediante el contrato de un plan tarifario.
«De por sí es relevante hacer notar que casi todos los adolescentes de 12 a 17 años hoy tienen un celular propio; pero igualmente significativo es este dato en relación a sus otras posesiones», subraya el estudio.
El televisor, que en algún momento fue el artefacto por excelencia del hogar, hoy ha perdido primacía pues sólo 77.5 por ciento de los adolescentes dijo contar con un televisor a su disposición, e incluso un porcentaje menor dijo tener una computadora (68.5 por ciento) y menos de la mitad de ellos dijo tener radio (tan solo 46 por ciento).

Otro dispositivo presente en la vida de los adolescentes, aunque con menor importancia que las pantallas y los dispositivos móviles, es la computadora, cuyo principal uso es para acceder a YouTube y redes sociales. En contadas ocasiones hubo referencia al uso de las computadoras para ver streaming, y prácticamente nadie dijo utilizarlas para acceder a contenidos de radio.
«Respecto a este último tipo de contenidos, su consumo parece reducirse casi exclusivamente a un dispositivo muy específico como son los aparatos de radio de los automóviles. El consumo de radio no sólo es absolutamente minoritario entre los adolescentes, sino que además solo ocurre de manera indirecta durante los traslados en automóvil desde y hacia sus escuelas».
En la percepción de los adolescentes, la radio y la televisión tradicional corresponden al mundo de los adultos (madres, abuelos, empleadas domésticas, etcétera), y en ambos casos el consumo de los adolescentes es más bien indirecto.
Con relación al tiempo que este grupo de la población dedica a la radio, televisión e Internet, el estudio confirmó que los contenidos audiovisuales mediante «otras pantallas» como las de las tabletas, celulares e incluso las tv inteligentes gozan de mayor atención que los llamados «medios tradicionales».
El estudio muestra que con sólo 36 minutos en promedio diarios, la radio registra el más bajo consumo por parte de la población de entre 12 y 17 años de edad, mientras que a la televisión le dedica en promedio una hora con 48 minutos, y a Internet casi ocho horas diarias.
«Tanto la radio como la televisión son absolutamente minoritarias frente al tiempo que los adolescentes pasan haciendo uso de internet: un promedio de siete horas y 48 minutos por día».