Brecha digital problema estructural en América Latina.
Supervisar el desarrollo de tecnologías como el Internet de las Cosas (IoT), Inteligencia Artificial (IA) y Blockchain, medir la confianza en entornos online y diseñar enfoques interdisciplinarios para la recolección de datos son algunas de las acciones que la OCDE sugiere para mejorar la capacidad de los países en su camino hacia la transformación digital y construcción de una hoja de ruta.
En el reciente estudio Latin American Economic Outlook 2020, la organización aporta líneas de acción que los gobiernos podrían seguir para que los gobiernos puedan hacer frente a los desafíos del futuro digital:
Acción 1. Hacer visible la economía digital en las estadísticas económicas.
Acción 2. Comprender los impactos económicos de la transformación digital.
Acción 3. Fomentar la medición de los impactos de la transformación digital en los objetivos sociales y el bienestar de las personas.
Acción 4. Diseñar enfoques nuevos e interdisciplinarios para la recolección de datos.
Acción 5. Supervisar las tecnologías que sustentan la transformación digital, en particular
Internet de las cosas, IA y Blockchain.
Acción 6. Mejorar la medición de datos y flujos de datos.
Acción 7. Definir y medir las necesidades de habilidades para la transformación digital.
Acción 8. Medir la confianza en entornos online.
Acción 9. Establecer un marco de evaluación de impacto para gobiernos digitales.
En el reporte, la OCDE destaca cómo las tecnologías digitales han sido fundamentales para afrontar la pandemia y sus consecuencias socioeconómicas, además de ayudar a mantener cierta continuidad comercial y permitir a parte de la población a teletrabajar y tener la alternativa de la educación a distancia.
Sin embargo, en América Latina tener la infraestructura y las habilidades para beneficiarse plenamente de estas tecnologías sigue siendo un desafío; la pandemia confirma el alto potencial de la transformación digital, pero destaca la necesidad urgente para cerrar la brecha digital.
“A medida que los países avanzan en sus respectivas vías de desarrollo, las brechas estructurales en áreas clave del desarrollo, como la productividad, la inclusión social y la pobreza, han generado dinámicas viciosas. La pandemia ha revelado que los problemas estructurales que enfrenta la región limitan el desarrollo y la adopción de tecnologías digitales y soluciones”.
El escaso porcentaje de población que ha podido acceder a soluciones, por ejemplo, el teletrabajo, y el pequeño número de empresas que fueron digitalmente preparadas para afrontar la crisis del coronavirus debería ser una llamada de atención.
En este contexto, es claro que la adopción adecuada de nuevas tecnologías puede encender nuevos motores de crecimiento, impulsar la diversificación de la productividad, crear nuevos puestos de trabajo y fomentar un mejor equilibrio entre el trabajo y la vida privada.
C$T-GM