Bancos deben redefinir su operación
En materia de inclusión financiera, México muestra un avance mayor con relación a los fuertes problemas que muestran otros países de América Latina; mucho de ello, resultado del sentido «progresista» que ha mostrado el gobierno federal como apoyar y ser el primero en emitir la Ley para Regular las Instituciones de Tecnología Financiera (Ley Fintech).
«La inclusión financiera en México es un problema, pero es más grande en otros países de la región; aquí el gobierno se ha preocupado por empujar a los empresarios a crear productos, ideas, y los reguladores atraer nuevos jugadores, lo que hace que el sector bancario en el país tenga una dinámica muy positiva, en ese sentido México es uno de los líderes en América Latina».
Sin embargo, Enrique Ramos O´Reilly, director regional para América Latina y el Caribe de TEMENOS, precisó que bajo un escenario de economías tan abiertas, las diferencias entre los líderes y los que van atrás, no son tan profundas pues el uso de las nuevas tecnologías que utilizan permite que la bancarización crezca con una dinámica muy similar.
Se trata de un modelo que permite al usuario dejar de llenar tantas formas con información que ya tiene en internet o en sus redes sociales, abandonar filas innecesarias en una sucursal bancaria y optar por operaciones desde la comodidad de la casa.
El directivo precisó que la adopción de las nuevas tecnologías en el sector bancario ya permite crear soluciones para cierto tipo de transacciones que en la banca son muy recurrentes, pero que le cuestan mucho a las instituciones financieras operarlas.
En un momento los bancos vieron estas soluciones -ya usadas por las Fintech-, con cierto recelo, pero eso está cambiando porque ahora representan retos y competencia sana; por darse cuenta que las grandes instituciones no van a perder clientes, sino que el reto está en integrarse al nuevo ecosistema digital financiero para mantenerse en el mercado.
«El uso de nuevas tecnologías ha probado su éxito; ahora le toca a la banca tradicional aprender lo que se está haciendo en la cadena productiva, cómo integrarse, cómo usar esas nuevas funcionalidades de autenticación con dispositivos, cómo conectarse a las redes sociales del usuario y conocer sus necesidades financieras, o incluso usar Facebook para sacar un score de crédito».
El directivo sostuvo que en muchos sectores productivos la adopción de nuevas tecnologías ha permitido ser más eficientes y tener menores costos de operación, ahora le toca al sector financiero integrarse a esta evolución operativa en un nuevo campo que es el digital.
«El pago por uso», ha resultado otra buena opción para la banca pues en el pasado debían pagar altos costos por el uso de hardware, computadoras, desarrollo de sistemas, ahora una nueva institución financiera puede recurrir a un modelo que solo requiere una conexión para usar todo un sistema.
«Un software como el ofertado por TEMENOS, alojado en la nube, permite a un nuevo banco sin fuertes inversiones y pagando sólo las soluciones utilice, tener un software sin comprar una licencia y poder asociar el costo de su operación al otorgamiento de un crédito, la tecnología está revolucionando mucho y de una manera rápida».
En la inclusión financiera las nuevas tecnologías también tienen su aportación, pues en América Latina y México en particular, hay una cantidad importante de población sin servicios básicos bancarios, algo que con microfinancieras se quizo resolver, pero que lo único que consiguieron fue colocar créditos, dejando de lado la importancia de bancarizar a la gente.
Ahora los bancos con el apoyo de un smartphone o una tableta y un promotor pueden ofrecer servicios en zonas remotas del país; no sólo créditos, sino planes de ahorro, finanzas personales que equilibren el ingreso respecto los gastos del consumidor, seguros o incluso hipotecar una propiedad para respaldar el emprendimiento de un negocio, explicó.
«Bajar costos a través de las tecnologías les permitirá (a los bancos) llegar a más gente en forma eficiente, con la posibilidad de ofertar menores tasas de interés y créditos más competitivos, así como tener una cobertura poblacional mucho mayor, un cambio acelerado que veremos en breve».
Enrique Ramos aseguró que el uso del celular será una herramienta de cambio, pues en esos pequeños dispositivos hay cada vez un mayor poder de cómputo, un plan de datos, geográficamente localizable, un cúmulo importante de datos personales, que serán de mucha utilidad para la apertura de una cuenta o solicitar un crédito, entre otros.
El directivo reconoció que la vigencia de una regulación clara y eficiente, será el elemento que gane la confianza del consumidor para integrarlo al ecosistema digital bancario, donde el gobierno mexicano en la región de América Latina lleva una ventaja con el manejo desde hace tiempo de la factura electrónica y la reciente Ley Fintech.
«Sin embargo, deberá (el gobierno) regular la protección de datos, ya hay una cantidad de biométricos importante para apoyar la autenticación de datos… sobre todo ahora que se generó el mal uso de datos en Facebook, eso implicará adicionar mayor regulación en este tema».
Los bancos tienen que redefinirse, en el pasado, fueron las entidades encargadas de resguardar el dinero de los usuarios, «y casi pedíamos permiso para mover nuestro dinero», ahora la fuerte competencia los obligará a pedirle al cliente «por favor trae tu dinero».
Deben ser un eficiente asesor de inversión, las instituciones que tengan éxito serán los que se involucren a apoyar a que sus clientes logren sus objetivos de vida, que usen sus recursos en una forma más eficiente, particularmente con el uso de nuevas herramientas tecnológicas.
Finalmente el directivo descartó que la banca del futuro se base en un ambiente absolutamente digital, pues tendrá que convivir con algunas sucursales, debido a que los clientes y el propio modelo bancario actual buscará mantener un punto de encuentro físico para resolver algunas transacciones.
C$T-EVP