A poco más de un mes de su lanzamiento, la Alianza Nacional de Inteligencia Artificial (ANIA) convocó a participar en una encuesta para definir los siguientes pasos de este grupo de colaboración que tiene entre sus objetivos elaborar la propuesta de iniciativa de ley en la materia, delinear lo que podría ser una Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial y trazar una hoja de ruta definida con la participación de todos los sectores y actores involucrados.
Luego de que el 20 de abril pasado se hizo el lanzamiento formal de la Alianza en el Senado de la República, con la suma de más de 80 representantes de gobierno, sociedad civil, organismos autónomos, academia e iniciativa privada, la ANIA anunció la convocatoria para participar en una encuesta que busca “definir la ruta de acción para crear soluciones éticas y sostenibles sobre IA”.
Las personas y organizaciones interesadas pueden opinar sobre aspectos de la IA como temas generales; derechos y estándares; política pública; ética; datos; educación y generación de habilidades; Conectividad e infraestructura.
La encuesta estará abierta hasta el 31 de mayo y los resultados ayudarán a organizar una serie de mesas de diálogo y de trabajo en los próximos meses con la participación de esta base de expertos y colaboradores. Con ello, se busca fortalecer el ecosistema de inteligencia artificial en México con un diálogo abierto sobre ésta y sus impactos, con una perspectiva integral, plural y multidisciplinaria.
La ANIA busca que sus diferentes acciones contribuyan a dar claridad y certidumbre a todas las personas que participan en el desarrollo de soluciones IA y de aquellas que puedan ser beneficiadas o afectadas por las mismas.
El debate es oportuno, porque esta tecnología es de tal potencia, que podría significar riesgos muy importantes para la humanidad y por lo tanto es indispensable contar con un marco jurídico adecuado.
De hecho, varias voces autorizadas se han manifestado por su regulación, como el caso de Jaroslaw Kutylowski, fundador y CEO del traductor instantáneo en línea DeepL, quien en una videoconferencia de prensa reciente, advirtió que debe haber regulaciones nacionales y acuerdos nacionales para garantizar el buen uso de esta tecnología.
Igualmente, el investigador del Instituto de Internet de Oxford, Huw Roberts, publicó recientemente un artículo junto con el profesor de la misma universidad, Luciano Floridi, donde instan al gobierno del Reino Unido a regular esta tecnología “para proteger a los ciudadanos de posibles daños”, debido a los riesgos asociados con la IA, como la discriminación, las violaciones de privacidad y la generación de contenido perjudicial.
Asimismo, proponen la creación de un organismo regulador, el desarrollo de pautas éticas y la exigencia de transparencia y responsabilidad en los sistemas de IA con énfasis en la regulación para garantizar un uso seguro y responsable.
Igualmente, en una entrevista reciente con ConsumoTIC, Grecia Macías, abogada de la Red de Derechos Digitales (R3D), señaló que es indispensable regular la IA, porque “no es tan inteligente ni tan autónoma” y como necesariamente debe ser alimentada por seres humanos, la ciudadanía corre riesgo de que sean vulnerados sus derechos humanos en varios frentes, por lo cual es urgente la regulación.
A su vez, en un artículo publicado hace algunas semanas en el diario El País, bajo el título “Por qué hay que abordar la regulación de la inteligencia artificial como la de la aviación comercial”, se propone regular esta tecnología como se hace con la aviación comercial: con capacitación para los profesionales; certificación de sistemas de alto riesgo y auditorías periódicas independientes para garantizar el funcionamiento seguro. “La futura Ley Europea de inteligencia artificial busca regular y restringir ciertos usos de la IA”, recuerda el artículo, que pide mantener controles estrictos para evitar riesgos.
Incluso, los líderes del G7 ya se han comprometido a acelerar la regulación de la inteligencia artificial generativa, debido a sus riesgos éticos y sociales. La reconocen como una tecnología con muchas posibles ventajas, pero también con un gran potencial malicioso, como la difusión de noticias falsas.
Los países del G7 buscarán colaboración internacional para desarrollar estándares comunes y enfoques éticos. Actualmente, la Comisión Europea está trabajando en un marco regulatorio, y se destaca la importancia de la transparencia, responsabilidad, protección de la privacidad y los derechos humanos en el desarrollo y uso de esta tecnología.
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