Hacia finales de la década, o incluso antes, las ciudades en Japón podrían presentar un aspecto totalmente distinto al actual. Cientos de miles de robots en miniatura dotados de IA serán capaces de monitorear la infraestructura urbana; las entregas a domicilio estarán a cargo de drones; el cuidado de adultos mayores o niños lo realizarán asistentes robóticos personalizados y todos los viajes se harán a través de vehículos autónomos.
Tal es el objetivo del proyecto Sociedad 5.0 que está planeando Japón, para lograr una sociedad más equitativa y sostenible, en la que la tecnología sea utilizada para mejorar la calidad de vida de todas las personas, especialmente de aquellas más vulnerables o con necesidades especiales, en particular los adultos mayores, dado el acelerado envejecimiento de la sociedad, que para 2065, es estima estará integrada en 38.4 por ciento por personas mayores a 65 años.
Según el documento elaborado por Centro México Digital en torno a este proyecto que ya está en marcha en el País del Sol Naciente, el Laboratorio Hitachi Utokyo definió las directrices en el libro “Sociedad 5.0, una sociedad centrada en las personas y súper inteligente”.
Dicho texto busca transformar los ambientes urbanos (donde vive la mayoría de la gente) para “construir una sociedad en la que la tecnología sea utilizada para mejorar la calidad de vida de las personas, resolver problemas sociales y económicos, fomentando el crecimiento económico sostenible”.
Se trata de lograr la integración de tecnologías avanzadas, como la Inteligencia Artificial (IA), la robótica, el Internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés) y la analítica de datos, con los sistemas sociales y económicos para ayudar a una población envejecida a resolver problemas sociales importantes, como la escasez de recursos naturales, el cambio climático, y la disminución de la productividad y la competitividad económica, al tiempo de garantizar la inclusión y cerrar la brecha digital y educativa.
A diferencia de etapas previas en la historia de la humanidad, como la sociedad de cazadores-recolectores, la sociedad agraria o la sociedad industrial; la Sociedad 5.0 busca para las ciudades un ambiente en el que la sociedad sea “súper inteligente” y el enfoque de productividad se centre en la fusión del espacio físico con el ciberespacio.
Asimismo, que los materiales que se usen estén íntimamente ligados a la tecnología 5.0; el transporte sea autónomo; los asentamientos sean de una ciudad descentralizada y autónoma y los ideales de la ciudad se centren en el ser humano.
A través de la tecnología 5.0 se tratan de atender problemáticas específicas como el envejecimiento de la población; la escasez de recursos naturales; la caída en la productividad y competitividad económica.
Así como la creciente complejidad de los sistemas económicos y sociales; la brecha digital; la constante urbanización y las complejidades de la movilidad, mediante la aplicación de tecnologías avanzadas para mejorar la calidad de vida de las personas y promover un desarrollo sostenible y equitativo.
Entre las tecnologías que se aplicarán en este plan se encuentran la IA, el IoT, robótica y automatización; el Blockchain (específicamente para cuidar la gestión de la cadena de suministros y la seguridad de los datos personales); realidad virtual y aumentada; y las redes de sensores que recolectarán información para mandarla a centrales donde sirvan para la toma de decisiones.
Y si bien el proyecto tiene evidentes ventajas, también enfrenta desafíos como la necesidad de constantes inversiones en tecnologías de la información y las comunicaciones para su implementación efectiva; el riesgo de vulnerabilidades en los sistemas y grandes volúmenes de datos, asociada con el uso masivo de IoT; y la previsible obsolescencia rápida de muchos aparatos, que podría generar riesgos ambientales a mediano plazo, lo cual puede comprometer el objetivo de hacer de ésta una estrategia sostenible.
Aunque la realización completa del plan está sujeta a imponderables (por ejemplo la pandemia y la imprevisible velocidad con la que pueden o no desarrollarse ciertas tecnologías); los plazos propuestos se dividen en tres etapas:
1.- Planeación y desarrollo de tecnologías clave (2016-2020); 2.- Implementación y demostración de tecnologías clave (2021-2025) y 3.- Implementación a gran escala de la sociedad 5.0 (2026-2030).
La orientación del proyecto se centra en servir a los individuos y garantizar su bienestar, usando la tecnología como herramienta principal para ese fin.
El plan original ya está en marcha, pero los plazos pueden variar mucho, dependiendo del avance de las tecnologías propiamente dichas, de su integración y complementariedad y de la infraestructura de comunicaciones disponible en las ciudades, regiones y país en su conjunto, teniendo en cuenta que, geográficamente, Japón está constituido por una gran cadena de islas y existen importantes riesgos sísmicos.
C$T-GM