Cambiar la perspectiva para regresar a las bases que posibiliten su ejercicio efectivo en el mundo análogo y no sólo en el digital, además de considerar las distintas brechas y a las personas con distintos tipos de discapacidad, son algunas de las propuestas de expertos para que el derecho de acceso a la información sea llevado a la práctica de manera efectiva en México y se vea como algo más que una solicitud de información pública gubernamental.
En el “Conversatorio: Información accesible para todas y todos”, celebrado por la UNESCO, Clara Luz Álvarez, Marion Mondain, Ana Cristina Ruelas y Gabriel Sosa, abordaron algunos pendientes que han mantenido excluidos a diferentes grupos de la población de un ejercicio pleno de este derecho llave, que implica también el derecho a la libertad de expresión.
En el encuentro virtual, Clara Luz Álvarez, especialista en derecho de las telecomunicaciones y acceso a la información, advirtió que la información es accesible y comprensible para un pequeño nicho de la población, por lo que es necesario redoblar los esfuerzos que visibilicen la diversidad, para no quebrantar este derecho a personas con discapacidad, indígenas y de la diversidad sexual.
Al referirse a un estudio que recién concluyó sobre contenidos en noticieros y mesas de análisis en la televisión abierta mexicana, señaló que sin sorpresas en casi 200 horas de programación solamente dos personas indígenas fueron invitadas para hablar sobre el caso Acteal. En tanto, en el caso de personas con discapacidad no hubo representantes, ni un solo tema que ameritara, dijo, la invitación para que expusiera su punto de vista.
“Eso, yo considero que quebranta mi derecho a la información, porque como mexicana se me está privando de conocer las otras perspectivas y visiones de personas que forman parte de la diversidad que existe en México y de la diversidad humana”.
Pero además en el tema de accesibilidad de las personas con discapacidad tanto a la información como a las telecomunicaciones es una deuda histórica, pues también se ha olvidado que hay distintos tipos de discapacidad.
Si bien desde el aspecto jurídico y legal estos grupos están incluidos en tratados y leyes, en la práctica se olvida que existen distintos tipos de discapacidad, algunas de las cuales sí permiten el acceso a un medio digital como la de tipo motriz, pero otras no como la auditiva, la visual o incluso la discapacidad intelectual.
“Debemos hacer un esfuerzo por buscar, que así como se ha hecho esfuerzo para traducir para niñas niños y adolescentes ciertos temas, que también consideremos que no todos tenemos los mismos tipos de capacidad para comprender el mismo lenguaje, y estoy hablando solamente del español”.
En ese sentido, como propuesta la experta consideró que quizá sea necesario dar un giro para no centrarse en el mundo digital y pensar que todos están en el ciberespacio o que toda la población mexicana habla español, pues no basta contar con leyes y adoptar tratados para informar a las personas de temas relevantes, ni para llevar el derecho a la información a los ciudadanos de a pie.
Si bien existen herramientas para acceder a la información, Clara Luz Álvarez consideró que se ha fallado como sociedad en lograr que las personas, incluidos estudiantes y periodistas, las utilicen en pleno ejercicio de ese derecho.
“Propondría regresar a lo básico y buscar qué es lo que sí penetra, y si las cosas no nos han funcionado como hasta hoy, algo tenemos qué hacer diferente, porque si no seguiremos así dentro de otros 10 o 20 años”.
En su exposición, Ana Cristina Ruelas, experta en libertad de expresión y derecho a la información, recalcó que en las comunidades indígenas existen además de la brecha lingüísticas, la brecha de género, la digital, la educativa, cada una de las cuales está generando distintas formas de exclusión.
Esa es una de las grandes deudas en materia de acceso a la información, acotó la especialista, quien agregó que es necesario que la política pública genere mecanismos alternativos que permitan acercar la información a la gente.
“Necesitamos desprendernos de la idea de que toda la información se genera a través de las tecnologías de la información que hoy conocemos; para mi algo de las grandes deudas que tiene el sistema de información es que todo se piensa a través de internet. Hoy lo vemos claramente en la pandemia en la que la mayoría de la información se transmitió a través de mecanismos digitales sin pensar en las brechas existentes, y cuando se llegó a pensar en la brecha digital no se pensó en la brecha lingüística o en la brecha educativa”.
En el mismo sentido, Gabriel Sosa, especialista en medios de comunicación, afirmó que sigue sin hacerse efectiva la integración de contenidos para personas con alguna discapacidad o para niñas, niños y adolescentes, quienes tienen necesidades de información y/o capacidades muy distintas a la de los adultos.
¿Qué estamos haciendo los medios de comunicación, los portales para tratar de prevenir la violencia?, cuestionó el experto, para quien en la respuesta está uno de los retos fundamentales.
La propuesta, expuso, es que se fortalezca esta capacidad de producción, sobre todo los medios públicos, para ampliar la oferta de programas dirigidos al público infantil, que en México está integrado por alrededor 30 millones de niños, niñas y adolescentes, que representan el 23 por ciento de la población del país.
C$T-GM