Ocho de cada 10 estudia, trabaja o cumple las dos tareas: BID
Nacidos en la década del “boom” tecnológico, la mayoría de los integrantes de la generación Millennial tiene facilidad para usar dispositivos móviles y poseen habilidades socioemocionales fundamentales para enfrentar un futuro cada vez más automatizado y robotizado; sin embargo, cargan una serie de estigmas que los discriminan y segregan.
“Basta sólo hacer una búsqueda sencilla en Google para darse cuenta de los estereotipos con los que cargan: al escribir ‘los millennials son’, el buscador autocompletará con ‘la peor generación’. Sin embargo, estas etiquetas no representan la realidad de los millones de jóvenes en la región que pertenecen a ella, y que son realmente, el futuro de nuestros países”, señala el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
En el estudio Millennials: La generación incomprendida, el organismo internacional señala que uno de los estereotipos que pesan sobre esta generación es que son perezosos; sin embargo, al entrevistar a 15 mil jóvenes latinoamericanos de entre 15 y 24 años encontró que 41 por ciento se dedica a estudiar, el 21 por ciento trabaja, 17 por ciento realiza ambas actividades y solo 21 por ciento no tiene trabajo ni estudia.
“Casi ocho de cada diez jóvenes estudia, trabaja o hace las dos. Ese 21 por ciento es el responsable por la fama de toda una generación: los llamados ‘ninis’, los que no estudian ni trabajan”.

Sin embargo, el término “nini” está mal utilizado, pues la mayoría realiza actividades productivas: el 31 por ciento está buscando trabajo, 64 por ciento se dedica a labores de cuidado de familiares, y 95 por ciento realiza labores domésticas o presta ayuda en los negocios de sus familias.
“Solamente el 3.0 por ciento de los ‘ninis’, aproximadamente el 0.6 por ciento de todos los millennials latinoamericanos, no hace algo útil a pesar de tener las capacidades físicas e intelectuales para ello”.
Otro estereotipo negativo es que la generación Millennial es la peor preparada para el mercado laboral, pero esto tampoco es completamente cierto, aunque los datos sí muestran una carencia en habilidades básicas.
Por ejemplo, el 40 por ciento de los jóvenes latinoamericanos no es capaz de realizar correctamente cálculos matemáticos sencillos como dividir una cantidad de dinero para repartirla en partes iguales a sus amigos. Por otro lado, solo el 22 por ciento reporta hablar inglés con fluidez, una habilidad valiosa en un mercado laboral cada vez más globalizado.
“Pero veamos el lado positivo: hay otras áreas en las que los millennials están bien posicionados para desarrollarse en el mercado laboral. Y mucho más que las generaciones que les preceden, como la X o los baby boomers”.
El BID enfatiza que la mayoría de los millennials maneja dispositivos tecnológicos con mucha facilidad y presentan fuertes habilidades socioemocionales, las cuales serán claves en un futuro cada vez más automatizado y robotizado. En particular, muestran niveles relativamente altos de autoestima, autoeficacia y perseverancia.
El estereotipo más falso de todos, añade, es que los millennials no tienen aspiraciones. El estudio reveló que, a pesar de que en América Latina y el Caribe en promedio sólo 40 por ciento de la población accede a educación superior, el 85 por ciento de los jóvenes aspira a terminar la universidad y el 88 por ciento cree que va a lograr cumplir sus metas laborales.
La generación Millennial enfrenta un contexto esperanzador y preocupante al mismo tiempo. Para cerrar las brechas y potenciar las oportunidades que se señalan, los especialistas destacan tres áreas en las cuáles los países de América Latina y el Caribe pueden trabajar para mejorar las oportunidades educativas y laborales de sus jóvenes: aumentar el acceso para desarrollo de habilidades, mejorar la calidad y pertinencia de dichas habilidades, y ofrecerles orientación e información laboral.
C$T-GM