La impresión en 3D para la construcción de casas más fuertes y con menor consumo de energía, con uso de materiales locales y que podría acelerar su uso en países en desarrollo, se encuentra en la lista de las 10 tecnologías emergentes del 2020 de acuerdo con el Insight Report del Foro Económico Mundial.
Si bien se ha utilizado este tipo de impresión en el sector de la construcción, uno de los problemas es la falta infraestructura para transportar la materia prima, por lo que la apuesta es por los materiales locales, como aseguraron Bernard S. Meyerson y Carlo Ratti, los autores del texto.
“La construcción de casas con impresoras 3D podría ayudar a afrontar el reto de la vivienda inadecuada para mil 600 millones de personas en todo el mundo, de acuerdo con las Naciones Unidas”.
Aunque varias empresas han incursionado en esto en Long Island, en Nueva York, y en Austin Texas, con resultados prometedores, la idea de seguir el ejemplo de un prototipo en Italia, diseñado por Mario Cucinella Architects, que utiliza tierra arcillosa local para imprimir los componentes, reduciendo drásticamente la complejidad de la construcción, el coste y el uso de energía.
“El uso de materiales locales elimina aproximadamente el 95 por ciento de la masa que normalmente se necesitaría para construir una vivienda y que normalmente habría que transportar a un lugar”.
En el caso italiano la tierra se mezcla con cáñamo y un aglutinante líquido y luego la empresa de impresión 3D WASP, capa por capa, crea las formas y superficies complejas que requiere una vivienda.
Otro procedimiento, demostrado por WASP en colaboración con el diseñador Rice House, se inspira en siglos de experiencia en la creación de ladrillos de barro en las regiones áridas. El proceso consiste en mezclar barro con un filamento aglutinante que puede ser una fibra natural.
Y en lugar de presionar a mano el material en un molde, se bombea a través de una impresora 3D WASP para crear una casa en mucho menos tiempo que con los métodos tradicionales, y con una resistencia extra gracias a la geometría rígida de las paredes impresas.
Además, las estructuras que hayan llegado al final de su vida útil pueden simplemente descomponerse en sus materiales originales y ser reutilizados, es decir, es un modelo es “zero-waste”.
C$T-GM