Smart Water, Yucatán, estado pionero a nivel nacional.
Si bien la importancia de la tecnología en la vida cotidiana es cada vez más evidente, el desarrollo de proyectos que involucran beneficios sociales aún enfrenta desafíos relacionados con la creencia de que son onerosos y complejos; sin embargo, estados como Yucatán se colocan como pioneros en la disposición y apertura a tecnologías disruptivas como el Internet de las Cosas (IoT).
El ejemplo más reciente de ello es el proyecto Smart Water, coordinado por The Social Intelligence Unit (SIU) y cuyo principal objetivo es mejorar el monitoreo de la calidad del agua mediante una gestión más efectiva en la lectura de contaminantes en Mérida, Yucatán.
“Yucatán es un estado en el que están pasando cosas tecnológicas muy importantes, tienen un parque tecnológico muy avanzado y una estrategia digital, por lo que el ambiente para implementar un proyecto como éste es propicio, por otro lado, las características de su sistema acuífero kárstico crean la necesidad de monitorear la calidad del agua en tiempo real y ahí se concentró el proyecto”, explica Samuel Bautista, coordinador general de The Social Intelligence Unite (SIU).
Las condiciones climáticas, la vegetación y la fauna son elementos que elevan la probabilidad de contaminación en los depósitos acuíferos en Mérida y si bien no existe una emergencia de salud, la medición en tiempo real es fundamental para que las autoridades puedan realizar acciones correctivas inmediatas.
Y es que cuando se hacen evaluaciones de calidad de la manera tradicional que implican una toma de muestra de agua que se lleva al laboratorio, el reporte puede tardar 24 o 48 horas, un tiempo que representa el riesgo de afectaciones gastrointestinales entre la población.
El desarrollo de Smart Water, en el que participan Qualcomm, la Junta de Agua Potable y Alcantarillado de Yucatán (JAPAY), la organización s::can, Grupo LAN y la Colectividad Razonatura, implicó la instalación de sensores inteligentes de s::can, habilitados con tecnología inalámbrica de Qualcomm Technologies que están colocados en los canales de distribución y leen constantemente cualquier flujo de agua.
Además, se desarrolló la aplicación móvil “Dime H2O” que permite monitorear de manera continua la calidad del agua y proveer a los administradores del JAPAY acceso instantáneo a datos precisos y en tiempo real.
“Dentro de los parámetros que medimos con los sensores, descubrimos que la JAPAY ahorraba el 80 por ciento que se tardaba en la recolección de las muestras relacionadas con la solidez, cloro residual, PH, entre otros. Otro de los resultados es que en lapsos de tres días podíamos tener más de 2 mil mediciones”.
En Yucatán se consumen alrededor de 180 litros diarios de agua en promedio por persona; con la prueba piloto de Smart Water se beneficia a alrededor del 70 por ciento de las colonias de Mérida; en términos de la transparencia de la información, se delimitó a la colonia Dolores Otero.
El nivel de inversión requerido para nuevos proyectos es una constante preocupación por parte del sector gobierno, pero se abre la oportunidad de probar y ver los beneficios que se generan en términos de eficiencia, transparencia y confianza de la población, esta barrera se desvanece.
El costo de desarrollar un proyecto de este tipo, dijo Samuel Bautista, es una vigésima parte de lo que cuestan métodos tradicionales sólo por el monitoreo; si a esto se le agrega el ahorro en términos de salud y el impacto en términos de bienestar, el impacto se potencia mucho más.
“Cuando el gobierno del estado preguntó por la inversión, respondimos con números y la pregunta fue por qué no extenderlo a todo el estado porque vieron la eficiencia. Se suele pensar que las nuevas tecnologías son onerosas y lo que vemos es que son eficientes, de alto impacto y económicamente más viables que las tradicionales, lo que es fundamental en un contexto de austeridad”.
Con Smart Water, Mérida se coloca como un ejercicio pionero a nivel nacional y aunque la evidencia de los beneficios es clara, los procesos de asignación de presupuesto y legislativos pueden tener cauces lentos y un tanto complejos; sin embargo, el primer paso está dado.
“Frecuentemente el fenómeno de adopción tecnológica entra por la cúpula de la pirámide, es ahí donde se tienen filtros de agua domésticos, hábitos de higiene en su ductería, en los tinacos, pero los mayores beneficios siempre llegan como lo hizo este programa piloto a la base de la pirámide”.
Hablar de IoT puede hacernos pensar en aplicaciones tecnológicas sofisticadas y caras; si bien proyectos como Smart Water tienen un grado de complejidad, cuando se juntan las piezas y actores adecuados, pueden avanzar de forma sencilla.
“Es muy emocionante ver que en la tierra que creó el uno y el cero y dio pauta al mundo binario tenga lugar este ejercicio pionero relativamente sencillo pero de alto impacto social. Esto es una muestra de cómo un concepto que suena tan etéreo como el IoT puede ser un ejercicio alcanzable para las grandes mayorías”.
C$T-GM