Los contratos legales podrían dejar de ser instrumentos estáticos que se almacenan en estantes o cajas una vez firmadas y que no vuelven a ver la luz, sino cuando hay un problema, para convertirse en instrumentos vivos que puedan aportar información relevante de manera oportuna, facilitar la construcción de otros acuerdos y generar nuevos conocimientos, a partir de marcos jurídicos e información contextual específica.
Para lograrlo, hace falta tecnología que, hasta ahora, había estado ausente en muchos despachos jurídicos en todo el mundo, tanto por la desconfianza comprensible y natural de los abogados a compartir información, como por la reticencia para aplicar soluciones digitales que, lejos de reemplazar a los profesionales de las leyes, busquen sumar a su proceso de trabajo, como si se tratara de un copiloto.
Heitor Miranda, director Jurídico de Docusign para América Latina, explicó que combinar modelos de Inteligencia Artificial Generativa, con Agentes de IA y herramientas de automatización, ha demostrado ser una solución eficaz para redefinir la manera en que las empresas manejan sus acuerdos, optimizar procesos y mitigar riesgos, a lo largo de todo el ciclo de vida de los contratos.
En entrevista con ConsumoTIC, el especialista explicó que hasta ahora, los contratos habían sido vistos básicamente como instrumentos estáticos que, una vez firmados, se guardaban en cajones, estantes o, de plano, en cajas de cartón y nadie los volvía a ver hasta que surgía un problema, pese a que guardan información relevante que nadie toma en cuenta, porque consultarlos y más aún analizarlos, exige consumir demasiados recursos.
Sin embargo, la Inteligencia Artificial está llamada a cambiar esta realidad y ayudar al sector jurídico a agilizar su toma de decisiones y contar con información comparativa precisa y certera, que puede servir como insumo para la construcción de acuerdos, generar nuevos contratos que resulten justos, aplicables y seguros para las partes, además de gestionar toda la vida útil de los acuerdos, perspectiva que en ocasiones se pierde los documentos no están a la mano.
Explicó que Docusign, primera empresa en el mundo que implementó la firma electrónica, está ahora impulsando un modelo de gestión de acuerdos inteligentes, (IAM, por sus siglas en inglés), que combina la IA generativa, con la IA ágil y la automatización, para permitir a las áreas jurídicas un análisis muy eficiente de toda la base de contratos con las que cuente.
A diferencia de los modelos de IA generativa abiertos como Open IA, Copilot o Gemini, el modelo que ofrece Docusign se alimenta exclusivamente con los contratos de cada cliente y éstos no se comparten con nadie más, lo cual está en línea con el valor principal de esta empresa, que es la confianza.
Aseguró que “históricamente ha habido negligencia” en facilitar el análisis comparativo de los contratos y la gestión de su vida útil, pero los directores jurídicos en prácticamente todo el mundo saben que la mayor parte de los datos están atrapados en contratos estáticos y eso les impiden tener respuestas rápidas y participar de manera eficiente en la toma de decisiones.
Por eso, los nuevos modelos de IA pueden ayudar al análisis comparativo, sin comprometer la privacidad de los datos de cada contrato. Por ejemplo, una vez alimentado el modelo con toda la base de contratos de una empresa, se pueden analizar todas las cláusulas de cumplimiento en cada una de ellas y generar una nueva en cuestión de segundos, que garantiza plena eficiencia y sea congruente con la historia de la firma.
Evidentemente, se trata de modelos “cerrados” para cada cliente que no toman información de otras compañías ajenas, además de que se firman contratos de confidencialidad y protección de datos muy estrictos, donde siempre se pide el consentimiento para el uso de la información y se explica qué se va a hacer y que no con los datos de los contratos.
También se le agrega información contextual del ámbito jurídico del que se trata, para que el modelo genere respuestas más precisas, ajenas a la “alucinación” de los modelos de IA, lo que permite generar documentos de muy buena calidad, que ayudan a los abogados a enfocarse en tareas estratégicas, en lugar de consumir tiempo en la comparación de decenas, cientos o a veces miles de contratos.
De esta forma, la nueva tecnología puede ayudar a mejorar la eficiencia, sin poner en riesgo la privacidad de la información, que evidentemente es muy delicada y nadie desea que se filtre al exterior.
C$T-GM