La falta de transparencia sobre el uso de la información y la propiedad intelectual de los contenidos creados por modelos de Inteligencia Artificial (IA) Generativa, plantean interrogantes importantes sobre la regulación futura para esta tecnología, ante la indefensión en la que pueden quedar las personas usuarias.
Emiliano Carrillo, socio fundador del despacho jurídico Pérez Correa González, advirtió que los más de 400 millones de usuarios semanales de Chat GPT y los más de 33.7 millones de usuarios que ya tenían DeepSeek hasta el mes de febrero, así como de otras herramientas similares que ya están en el mercado, enfrentan el riesgo de perder la titularidad de su propia información, al usar la IA generativa.
Destacó que en el caso de DeepSeek, la IA Generativa de origen chino que irrumpió apenas en enero pasado y que en su primer día de operaciones le provocó pérdidas por miles de millones de pesos al gigante digital Nvidia, 51.24 por ciento de sus usuarios se ubican en China, India e Indonesia y quienes la emplean deberían tener claro que una vez alimentado algún contenido, la empresa se queda con él.
Si bien prácticamente todos los modelos disponibles en el mercado (gratuitos o de paga), funcionan más o menos en forma parecida, DeepSeek ha demostrado mayores riesgos a la propiedad, ya que, a decir del especialista jurídico, toda la información con la que se alimenta el modelo, deja de ser propiedad del usuario.
“Cualquier cosa que tú subas ahí (un poema, música, la letra de una canción, un escrito), resulta que ya no son tuyas, ya son de DeepSeek. Ahí se tiene un problema con la ley, por la falta de transparencia y de comprensión. Esto, deja bastantes interrogantes sobre cómo se regulará esta tecnología en el futuro”.
De hecho, las lagunas sobre la protección de la propiedad intelectual con el uso de Inteligencia Artificial, no se limitan únicamente a lo que el usuario final “sube” directamente a los modelos al utilizarlos de manera cotidiana, sino a técnicas de “investigación” que se usan a nivel tecnológico para obtener información de diversas fuentes.
El Cuaderno de Trabajo número 33 de la serie de Inteligencia Artificial de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), titulado “Cuestiones de propiedad intelectual en la inteligencia artificial entrenada con datos extraídos”, explica cómo con la misma Inteligencia Artificial, se puede extraer información de grandes bases de datos, por ejemplo universidades, sin pedir permisos a sus autores, para generar “nuevo” conocimiento.
Aunque esta práctica evidentemente viola la propiedad intelectual, el problema de fondo es que no existe una legislación nacional ni internacional capaz de poner fin a este tipo de prácticas, ni establecer sanciones a quienes usan la información sin dar cumplimiento a las normas más elementales de protección de propiedad intelectual.
En ese sentido, a decir de Emiliano Carrillo, las compañías que ofrecen modelos de Inteligencia Artificial, deben fortalecer su compromiso con el manejo adecuado de la información, incluyendo también la privacidad y el manejo de los datos personales de sus usuarios, que también podrían estar en riesgo.
Una de las características de DeepSeek es que es más accesible que el modelo de Open IA y básicamente cualquier persona puede usarla para cualquier cantidad de propósitos, lo que sin duda tiene un aspecto positivo, como lo es la democratización en el uso de la tecnología.
Sin embargo, si el precio es perder el control de la propiedad intelectual de la información, es necesario que como usuarios nos detengamos un segundo, antes de “confiar” en un modelo capaz de apropiarse de nuestro trabajo.
De ahí que la futura regulación será un tema importante, en el que deberán intervenir los especialistas en derecho, para crear el mejor esquema posible, donde se respete la propiedad intelectual, sin frenar el desarrollo de la tecnología.
C$T-GM