Smartphones usados como “almacenes de recuerdos”.
Tomarse decenas o incluso cientos de selfies, documentar cada detalle de la vida y compartirlo en redes sociales, son actividades cotidianas que millones de personas realizan a diario, pero ¿qué tanto este hábito afecta la calidad de los recuerdos y la percepción que tendremos de nosotros mismos con el paso del tiempo?.
Especialistas en psicología señalan que usar los smartphones y las nuevas tecnologías como “almacenes de recuerdos”, tiene consecuencias importantes. Las selfies son imágenes planeadas con poses que no son naturales, lo que puede provocar que la imagen que se percibe de la persona esté distorsionada.
Además, explican los expertos, este tipo de instantáneas reflejan una tendencia narcisista que hace que el retrato sea antinatural: grandes sonrisas artificiales, expresiones sensuales y gestos violentos.
Así, los auto-retratos y muchas otras fotos son también demostraciones públicas de actitudes, intenciones y posturas específicas. En otras palabras: no reflejan quiénes somos, sino que dejan ver lo que queremos mostrar a los demás en un determinado momento.
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