El paso avasallante de la Inteligencia Artificial (IA) conlleva cambios regulatorios para garantizar que esta tecnología cumple con múltiples beneficios para la población, pero también implica aspectos de certeza jurídica que permitan convivir con estas herramientas de la manera más segura posible.
Así lo consideró Yolanda Martínez, colaboradora de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) y líder general de la Iniciativa GovStack, quien se pronunció por diseñar mecanismos de gobernanza que conforme se masifique el uso de tecnología, se identifiquen peligros, pero no porque exista un riesgo, se deje de usar.
“Con una tecnología tan cambiante, que su regulación no impida el proceso de innovación, sino por el contrario, se identifiquen riesgos para ir mitigando”, explicó durante el Primer Roadshow Virtual de Inteligencia Artificial del departamento de Posgrados y Educación Continua del Tecnológico de Monterrey.
La especialista expuso que el incentivo debe ser cómo colaborar con la comunidad de emprendedores para testear iniciativas positivas en la materia y para ejemplificar las contribuciones de la IA, apuntó al sector salud.
“Hoy se pueden analizar millones de imágenes de cáncer que antes los doctores tenían que analizar en juntas médicas, examinar cómo se ven las diferentes fotografías de cánceres, de los tumores. Hoy en día, eso lo hace un robot”, destacó.
Lo importante, recalcó, son parámetros de gobernanza que delimiten bien hasta qué punto se utiliza este sistema que analiza la imagen o millones de imágenes, y cómo aporta un pre diagnóstico, pero siempre debe ser personal médico con ciertas características de experiencia que determine, valide o ratifique ese resultado.
En una conversación denominada Mitos y leyendas de la IA, la también consultora en transformación digital, expuso que sucede lo mismo en muchos otros sectores donde toda esta agilidad proporcionada por la IA debe incluir un principio de uso ético y responsable, tanto en el sector público como en el privado.
“Hacia adelante, eso es uno de los desafíos más interesantes: cómo generar esos mecanismos de gobernanza que promuevan una economía digital basada en el conocimiento, en el uso de esta tecnología, cuidando siempre la centricidad en las personas y en su bienestar”, sostuvo.
Asimismo, confió en que los cambios constantes en el uso de la IA lleven a la humanidad a cerrar grandes brechas de desarrollo, como la de género, gracias a que esta tecnología es mucho más asequible, por ejemplo en materia de inclusión financiera.
“Al procesar y analizar el riesgo crediticio de una persona, utilizando muchos otros factores, no con mecanismos tradicionales, como un estado de cuenta, un promedio mínimo de saldo, donde hay mucha investigación, hay discriminación a mujeres que tienen capacidad de pago porque el patrón normal de análisis crediticio no cubría muchas de las otras características que indican que una persona puede tener una buena capacidad de pago”, señaló.
En materia de burocracia gubernamental, la IA aportaría su granito de arena para eliminar procesos que bien podría realizar un robot, como por ejemplo analizar todo lo que se ha publicado en el Diario Oficial y con ello identificar leyes con aspectos en común, toda vez que es humanamente imposible revisar toda la jurisprudencia cada que se va a emitir una nueva norma.
“Imagina que en el análisis, todas esas leyes tienen esto en común, aquí hay cosas que se repiten; hay legislaciones que se deben retirar, temas que quedaron completamente obsoletos. Antes eso lo tenían qué hacer las personas, pero con este tipo de tecnología, eso lo puede hacer un robot que te indique una tendencia en materia de regulación”, afirmó.
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