El internet que conocemos en la actualidad, con sobrecarga de información y redes sociales que están representando un problema en sí mismas y en el que dominan los gigantes tecnológicos, está al borde de la extinción, pero en el sentido de que otra internet es posible, señaló Geert Lovink, teórico crítico de medios, tecnología e Internet.
“Internet se diseñó como un conjunto de protocolos y principios para que las redes descentralizadas pudieran hablar entre sí, tanto a nivel técnico como internacional. Lo que está llegando a su fin no es Internet como tal, sino la posibilidad de cambiarlo”, explicó el profesor e investigador sobre medios interactivos en la Universidad Hogeschool van Amsterdam.
Entrevistado para ConsumoTIC, respecto al contenido de su ensayo titulado “La extinción de Internet. Nuestro momento de la verdad inconveniente”, señaló que el derrumbe o colapso sucederá en la imaginación colectiva respecto a la concepción de la red, en la que advierte una centralización del poder.
“El campo está ahora definido por un puñado de gigantes tecnológicos y regímenes autoritarios. Hay una centralización del poder sin precedentes. Eso debería bastar para ser alarmistas. Pero lo que se está derrumbando no son los centros de datos, sino la imaginación colectiva de que otra Internet es posible”.
En la década de 1990, el concepto de sociedad de la información fue desbancado por el de “sociedad de redes”, pero cuando las plataformas de medios sociales empezaron a reclamar el monopolio del campo, afirmó, “era sólo cuestión de tiempo que se pusiera en marcha la sociedad de las plataformas”.
En esta sociedad, con servicios integrales, likes, anuncios, recomendaciones todo está “diseñado para encajar en nuestras ajetreadas vidas, y nos encanta”; sin embargo, y aún pensando en las generaciones nativas digitales, el experto sostuvo que ahora toca ser disruptivos.
“De acuerdo con Silicon Valley, la esencia de Internet es la disrupción. Sin embargo, ahora nos toca a nosotros disrumpir a los disruptores. No debemos temer al cambio. Hay vida sin Facebook, Instagram y Twitter. Los jóvenes son muy flexibles y pueden mudarse (a otras redes) y olvidarse fácilmente de Tik Tok”.
Para Geert Lovink la humanidad sólo puede beneficiarse de una mayor autonomía en el campo de la comunicación, porque la centralización actual es absurda. “¿Por qué una plataforma debe tener 3 mil 700 millones de usuarios?”, cuestionó.
“Todos sufrimos una sobrecarga de información y las herramientas que supuestamente debería ayudarnos no hacen sino empeorar las cosas. Por eso muchos como yo reclamamos un rediseño radical. Si queremos resolver la avalancha de crisis, necesitamos herramientas de trabajo sencillas que nos faciliten la vida, no que nos distraigan y manipulen. Necesitamos lograrlo, y las redes sociales ahora mismo son un problema en sí mismas, no parte de la solución si pensamos en la crisis de la vivienda, la creciente desigualdad y el desastre climático”.
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