Los ataques a través de las estafas estarán entre las actividades maliciosas que destacarán el próximo año, aprovechando las dificultades económicas y el miedo a la crisis energética mundial, ante los avances que han demostrado los ciberdelincuentes con la optimización de la ingeniería social que han llegado hasta los teléfonos móviles, mejorando sus estrategias comerciales y reclutando “hacktivistas”.
“Llevamos tiempo viviendo en una ‘estafademia’ y no hay signos de que vaya a frenarse. Los grupos cibernéticos hacen todo lo posible por aprovechar los peores temores de la gente para engañarla y que envíe dinero o comparta datos personales porque es más fácil volver a las personas vulnerables, que piratear sus dispositivos”, alertó Michal Salat, Director de Inteligencia de Amenazas de Avast.
En ese sentido, el experto consideró que el próximo año se verán ataques que jugarán con las preocupaciones económicas y medioambientales de la gente, pues con técnicas que están en constante perfeccionamiento convierten a las personas en el eslabón más débil.
“Las estafas no sólo están inundando las bandejas de entrada de la gente en forma de correos electrónicos de phishing, sino que están bombardeando sus aplicaciones de mensajería de texto y están haciendo sonar sus teléfonos”.
Asimismo, una tendencia prevista por los investigadores en ciberseguridad para el siguiente año es la suplantación de cuentas en las redes sociales, que conduce a ataques de usurpación de identidad de amigos en línea.
Entre las predicciones de Avast, también se considera muy probable que la amenaza del ransomware empeore a medida que las filtraciones de datos se conviertan en una práctica habitual, así como un mayor riesgo de daños perjudiciales causados por bandas de ransomware.
«Los ataques de ransomware ya son una pesadilla para particulares y empresas. Este año, hemos visto a ciberdelincuentes amenazando con hacer públicos los datos de sus objetivos si no se paga un rescate y esperamos que esta tendencia no haga más que crecer en 2023. Esto pone en peligro los recuerdos personales y supone un doble riesgo para las empresas. Tanto la pérdida de archivos sensibles, más una violación de datos, pueden tener graves consecuencias”.
Los investigadores de Avast prevén que continúe la colaboración entre grupos del cibercrimen, como Zloader, Racoon Stealer y Ursnif que unieron esfuerzos este año para maximizar los beneficios, a lo que se suma la distribución de malware de código abierto que ahora está disponible más fácilmente y se distribuye en plataformas como Discord.
“La gente, incluidos los jóvenes con menos conocimientos técnicos, puede ahora hacerse con programas maliciosos y pueden estar más inclinados a unirse al lado oscuro dadas las actuales dificultades económicas, pero también hemos visto a grupos criminales reclutando y pagando dinero a personas para que lleven a cabo ataques DDoS, o instalen ransomware en los dispositivos de sus empleadores», señaló Salat.
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