La falta de habilidades, competencias y acceso a financiamiento; la burocracia que dificulta el paso a la formalidad y la idea romántica del emprendimiento son algunas de las barreras con las que se topan las mexicanas que deciden iniciar proyectos tecnológicos propios, y que son superadas por pocas, lo que evidencia que de 653 emprendedores tecnológicos, solo 99 sean liderados por mujeres.
Al compartir sus experiencias, Paulina Campos, encargada de Riesgos y Compliance del Tecnológico de Monterrey; Natalia Wills, representante en México de ProMujer; Adina Chelminsky, fundadora de tianguis-mx, y Estephanie Lewis, cofundadora de Opinión 51, coincidieron en el desconocimiento que existe sobre cómo empezar a emprender, que en las escuelas no se dote de herramientas para ello y que, además, no exista un ecosistema propicio para el crecimiento de los proyectos de las mujeres emprendedoras.
En el panel del lanzamiento del programa eNovadoras, de AT&T, Natalia Wills, de Promujeres, afirmó que el problema no está en el interés, puesto que las mujeres sí emprenden, pero la mayoría lo hacen por necesidad y no tanto por oportunidad, lo que las lleva a que lo hagan en sectores que tienen poca generación de valor agregado y poca captura de ese valor agregado.
Además, “hay una barrera muy fuerte con el acceso a financiamiento y si necesitan una inyección de capital al que muchas veces ellas no pueden acceder para que sus emprendimientos se conviertan no solamente en una fuente de auto sustento, sino también de generación de empleo, de generación de desarrollo”.
En este punto, Paulina Campos señaló que el acceso al financiamiento es una de las barreras estructurales en América Latina, que se dificulta aún más en el caso de los proyectos de base tecnológica, pues sólo 5.0 por ciento de las mujeres tienen acceso a capital, lo que deriva en menos posibilidades de hacer crecer el negocio y generar valor.
“Emprender tiene que verse como un proceso de reinvención permanente, porque es un proceso vivo, que va a requerir de muchos ajustes, mucha flexibilidad y solo así se va a poder llegar a los siguientes niveles”, añadió también al hablar sobre cómo afrontar las fallas y puntos de inflexión que vive todo emprendedor.
Estephanie Lewis lamentó que no se enseñe en la escuela cómo emprender, esto se aprende sobre la marcha. “no somos un país que esté apto para aprender a emprender en la escuela, sí te tienes que salir a la calle”.
A ello, dijo, se suman las dificultades para constituirse y formalizarse, porque existe un sistema muy burocrático y coincidió con Adina Chelminsky, depende también en qué posición de la pirámide socioeconómica se encuentre la emprendedora.
“No todas estamos en la parte más privilegiada, entonces cuesta más trabajo salir. La formalidad es necesaria, pero también que el gobierno sea más flexible en la manera en cómo nos podemos constituir, para tener tratos con empresas, otro tipo de relación comercial con las personas y eso implica más ingresos”.
Adina Chelminsky abonó al tema en cuanto a la percepción que se tiene del emprendimiento, que erróneamente se ve como algo que puede implicar menor dedicación, pero que es un proceso abismalmente más difícil, retador y doloroso.
Natalia Wills, con experiencia de más de 20 años empoderando a mujeres de escasos recursos de América Latina a través del emprendimiento, acotó que los incentivos no son suficientemente atractivos y correctos para que las personas que están emprendiendo, específicamente en etapas tempranas, se animen a hacerlo y vean una ventaja en ello.
“Al final es costoso, es burocrático y no representa un beneficio a corto plazo… Necesitamos una ley de fomento al emprendimiento mucho más comprensiva y que se vaya dando por diferentes escalas, en el momento en que lo van necesitando, de acuerdo al nivel de desarrollo de cada una de las empresas”.
Por otro lado, Adina Chelminsky, advirtió que en este ecosistema no sólo el gobierno tiene un papel importante, sino también las grandes empresas que se relacionan con pequeños emprendedores.
“La relación que tienen con los pequeños emprendedores también tiene que cambiar… Hay veces que empresas grandes con programas de apoyo a pequeños emprendedores piden unos requisitos a los pequeños emprendedores que no hay manera que cumplan; entonces, los sacan de la jugada”, subrayó.
Paulina Campos recalcó asimismo la importancia de incluir el tema desde la formación, en las escuelas, pues se ven en sistemas educativos de otros países que desde muy temprana edad se incluyen contenidos para que las niñas se familiaricen con cómo es ser una emprendedora, con la tecnología, con coding, y que pueden tener otra visión para impulsar sus proyectos en la vida adulta.
El momento por el que atraviesa el país, aseguraron, es propicio para reactivar la economía a través del emprendimiento, para impulsar carreras STEM y programas muy focalizados con capital semilla, pues emprender requiere más que estómago, autoconfianza, redes de apoyo, habilidades de contabilidad, finanzas y marketing, liderazgo o resiliencia.
Y entonces, ¿qué hacemos?
Desde la perspectiva de Mónica Aspe, Directora general de AT&T México, la tecnología puede ser una herramienta clave para construir sociedades más incluyentes; además, de cara a la era 5G, es fundamental construir un ecosistema emprendedor y de innovación diverso, un reto que la firma asume con la iniciativa eNovadoras.
En alianza con Pro Mujer y el Laboratorio de Emprendimiento y Transformación del Tec de Monterrey, se lanzó la iniciativa cuya convocatoria se abrirá en marzo próximo. Las aspirantes que cumplan con todos los requisitos serán entrevistadas para elegir a un primer grupo que participe en el Bootcamp, donde a lo largo de cuatro semanas tendrán acceso a recursos y herramientas de desarrollo de negocios, liderazgo e innovación en modalidad híbrida.
Adicionalmente, las emprendedoras participarán en talleres y mentorías sincrónicas con especialistas que conforman la red de Pro Mujer, el Tecnológico de Monterrey y AT&T México.
Al finalizar el Bootcamp eNovadoras, las emprendedoras presentarán sus proyectos en un panel de inversión, del cual se seleccionarán los 10 mejores proyectos para recibir un capital semilla de 10 mil dólares cada uno.
C$T-GM