400 millones de personas fuera del alcance del dividendo digital
El beneficio de utilizar tecnologías digitales en distintos países muestra un impacto “limitado y desigual”, y su efecto en la productividad de las empresas, se ha quedado corto, respecto de las expectativas planteadas, aseguró, Indhira Santos, especialista del Banco Mundial.
“Las empresas están más conectadas que nunca, pero el aumento de la productividad mundial se ha desacelerado; las tecnologías digitales trasnforman el mundo del trabajo pero los mercados laborales se polarizan y la desigualdad va en aumento, particularmente en los países en desarrollo”.
Aún más, mientras el número de democracias aumenta, la proporción de elecciones libres y justas se reduce. “Estas tendencias persisten no a causa de las tecnologías digitales, sino a pesar de su existencia”, afirma la autora del informe del Banco Mundial, “Dividendos Digitales”.
La razón, dijo, es que persiste una brecha tecnológica importante en diversas naciones: 60 por ciento de la población mundial continúa sin acceso a internet, por lo cual no puede participar en la economía digital, además de la aparición de nuevos riesgos.
Es constrastante que en los países en desarrollo “son más los hogares que tienen un celular que servicios como agua y electricidad, 70 por ciento de los que se encuentran en el quintil más bajo de la escala económica, posee un teléfono móvil”, indicó durante su presentación en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).
«La clase media de los países ricos están peor de lo que estaban hace 15 o 20 años, y en los países pobres no han crecido como lo han hecho el resto de la población mundial», debido a que los dividendos digitales no se han ampliado en forma generalizada, persisten brechas de género, entre las personas de mayor edad, entre los más pobres que son los que menos acceso tienen a las tecnologías.
Aunque la penetración de internet subió de mil millones de personas en el 2005 a 3 mil 200 millones en 2014, aún 40 por ciento de la población global sigue sin acceso, es decir más de cuatro mil millones de personas.
“En ausencia de instituciones responsables, las inversiones del sector público en tecnología amplifican la voz de las élites, lo cual puede derivar en políticas inadecuadas y en un mayor control del Estado”.
La economía del internet favorece los monopolios naturales, por lo que la falta de un entorno de negocios competitivo puede resultar en mayor concentración de mercados. Las personas más instruidas, mejor conectadas y más capaces son las que han recibido el beneficio de los Dividendos Digitales.
En su opinión, para superar estos obstáculos es necesario eliminar la brecha digital, principalmente el acceso a internet, además que los gobiernos y las empresas deben entender que no basta adoptar tecnologías digitales, sino ocuparse también de los “Complementos Analógicos”, como la educación.
«Es necesario reforzar la regulación para garantizar competencia entre las empresas y adaptar las habilidades de los trabajadores a las nuevas necesidades de las economías», pero sobre todo garantizar una gobernanza responsable.
C$C-EVP