En el futuro hay que ser más que innovador.
En el mundo actual la oportunidad de éxito o crecimiento de una empresa no depende sólo de la innovación, sino de su capacidad de ser disruptiva o diferente que vuelva obsoletas a las demás, señaló David Roberts, vicepresidente de Singularity University.
Durante su participación en el Foro Game Changers, expuso que si bien en el siglo XX las empresas deberían ser innovadoras para competir, en este siglo se debe ser disruptivo; es decir, hacer cosas nuevas y diferentes que marquen la diferencia con sus similares u otras compañías.
El directivo explicó que mientras en la innovación se pretende cumplir las expectativas del cliente, en la disrupción el cliente no tiene idea de lo que quiere, pero cuando se le presentan nuevas opciones son ampliamente aceptadas.
Un ejemplo, es que el cliente no pidió el internet o teléfonos inteligentes más avanzados cuyos modelos provocan furor cada vez que son lanzados al mercado.
Asentó que Nokia fue innovadora pero no disruptiva ya que sus ingenieros no lograron visualizar teléfonos más sofisticados con pantallas multifuncionales y táctiles.
En cambio Apple fue disruptiva y dominó el mercado de los teléfonos en tres años desde la salida del primer IPhone.
Otro factor de disrupción es la inteligencia artificial y como ejemplo mencionó a Uber, que con su plataforma llegó a romper los esquemas tradicionales de transporte privado e incluso sin ser propietaria de un sólo vehículo.
El vicepresidente de Singularity University, dijo que los cambios tecnológicos deben ser aprovechados por las empresas para ser disruptivos que será una condición de competencia que persistirá cuando menos en los próximos 20 años.
La oportunidad de crecimiento y de éxito será sólo para los que se arriesgan a emprender lo diferente ”, concluyó.
C$T-EVP