La pandemia generó un efecto devastador en la actividad económico de las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes) de América Latina; sin embargo, en este contexto de enormes dificultades, el valor de la digitalización para la resiliencia de este sector ha quedado evidenciado, incluso como detonante de crecimiento a pesar de la crisis.
“Una encuesta reciente realizada por la ONUDI a empresas de economías emergentes y en desarrollo, incluidos siete países de América Latina, confirma que las Pymes fueron las más afectadas por la pandemia y que las empresas que estaban avanzadas digitalmente perdieron un porcentaje menor de ventas mensuales y ganancias anuales”, refiere el BID.
En el reporte ¿Cómo aprovechar la inercia para digitalizar a las Pymes de la región?, el organismo destaca que las tecnologías como las plataformas digitales y el comercio electrónico han sido herramientas esenciales para enfrentar la pandemia y mitigar sus consecuencias socioeconómicas.
“Su uso ayudó a mantener cierta continuidad comercial y permitió que parte de la población trabajara a distancia y continuara su educación de forma remota. Sin embargo, la pandemia expuso las desigualdades estructurales en muchas economías de América Latina y el Caribe”.
Por el lado de las empresas pequeñas, muchas de ellas informales, quedó patente que la carencia de la infraestructura o habilidades digitales les está impidiendo beneficiarse incluso de las aplicaciones más básicas.
Así, políticas más activas para apoyar a las empresas informales y pequeñas podrían ayudar a abordar las brechas digitales y apoyar el logro de una sociedad más inclusiva.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) expone cómo en este contexto, las Pymes han apostado por la inversión en soluciones digitales y el uso de comercio electrónico y plataformas digitales.
Datos recopilados durante 2020 de más de 100 mil empresas (la mayoría Mipymes) en 51 países, muestran que la respuesta empresarial más común a la pandemia ha sido expandir el uso de plataformas digitales, hacer un mayor uso de las redes sociales e Internet y agregar o cambiar su oferta de productos.
“Una publicación reciente de China, por ejemplo, muestra cómo las empresas digitalizadas fueron más resilientes a la crisis de la COVID-19 en términos de mantenimiento del flujo de caja (cash flow), reanudación de producción y caídas menores de ingresos”.
Además, existe amplia evidencia de que, frente a la crisis, surgieron en la región diversas plataformas digitales innovadoras para aumentar el alcance, por ejemplo, de los kits de diagnóstico, de dispositivos médicos o el acceso a médicos a través de la telemedicina.
En América Latina y el Caribe, se calcula que el número de sitios nuevos de comercio electrónico (definidos, en este caso, como tiendas en línea sin presencia física que generan sus ventas a través de internet) aumentó en más del 200 por ciento en Chile, alrededor de 400 por ciento en Colombia y en más del 450 por ciento en Brasil y México.
Por otra parte, para el caso de América Latina y el Caribe, a pesar de las medidas de política pública tomadas, las pymes siguen enfrentando una importante brecha de financiamiento y continúan siendo vulnerables a medida que la dimensión temporal de la pandemia se extiende.
Sin embargo, el potencial de las plataformas fintech es una apuesta a futuro para las pymes. De acuerdo con el estudio a ser publicado próximamente por el BID y la Universidad de Cambridge, aproximadamente el 65 por ciento del financiamiento total de las plataformas de financiamiento alternativo de la región se dirigió a Mipymes.
El BID señala que pese a la obvia realidad negativa que la pandemia ha traído a América Latina y el Caribe, el resquicio de esperanza que queda en este ámbito es que hay razones para esperar que el impulso a la digitalización no retroceda en la post pandemia.
La pandemia sigue siendo una realidad en la región y, por ello, el impacto de la crisis va a continuar sintiéndose, lo que supone que las empresas que están avanzando en sus primeros pasos digitales y han percibido sus beneficios podrían estar en condiciones de abrirse a procesos de transformación digital más profundos y estratégicos hacia delante.
“En palabras de Harley Finkelstein, presidente de Shopify, estamos presenciando el comienzo de una transformación impulsada por datos: La ola digital que se viene va a encontrar a algunas empresas con una toalla y a otras con una tabla de surf”.
La gran oportunidad aquí para los gobiernos de la región es ayudar a que una masa crítica de pequeñas empresas logre tener tablas de surf para subirse a la ola.
“Se abre, pues, una oportunidad inigualable para que los gobiernos de la región apuesten con fuerza por programas de transformación digital, que logren mejorar el desempeño económico de estas empresas de manera estructural, incluyendo una posibilidad real de mejorar su acceso al crédito”.
C$T-GM