Usuarios aceptan que realizarán actividades con instituciones que fueron afectadas por hackers
La baja percepción de seguridad de datos e información personal, o contenidos en la red para instituciones financieras, de salud, empleadores, detallistas y redes sociales tienen volúmenes de confianza entre los usuarios por debajo del 47 por ciento, sin embargo, esto no ha mitigado su uso.
Un estudio presentado por la compañía de soluciones de seguridad cibernética, Fortinet, indica que 72 por ciento de 801 mexicanos encuestados poseen una tarjeta de crédito; 62 por ciento suele realizar operaciones en línea; 40 por ciento acude a tiendas detallistas, y 54 por ciento cuenta con un seguro de gastos médicos.
En cuanto a las instituciones financieras, sólo 22 por ciento de sus clientes tienen confianza en el resguardo de sus datos, frente al 33 por ciento generado en el sector salud, disminuyendo hasta 15 y 6 por ciento, en el caso de empleadores y tiendas detallistas respectivamente.
De acuerdo con el reporte, 53 por ciento del grupo no confía en la seguridad de las redes sociales que utilizan, sin embargo, el mismo porcentaje de usuarios mencionó que estaría abierto a realizar actividades de negocios con instituciones que han sido atacadas y afectadas por hackers, pese a que únicamente 18 por ciento, se encuentra sin preocupaciones sobre posible robo de información.
La empresa indicó que pese a la desconfianza percibida entre los usuarios, el uso de servicios digitales que contienen información privada, se debe principalmente a la facilidad y práctico que resulta poder realizar distintas operaciones desde plataformas virtuales, aunado a la falta de exigencia por parte del usuario en cuanto a la protección de su información.
Aunque únicamente 16 por ciento de los participantes aseguró haber sido afectado por algún ataque cibernético, Fortinet precisó que se puede considerar un 16 por ciento adicional de usuarios que han sido dañados por este tipo de actividades, sin darse cuenta.
«Las personas que confían en sus instituciones y en los servicios que utilizan están dando por sentado que los protegen, aunque no sea así» aseguró Martín Hoz, vicepresidente del área de Ingeniería de la compañía en América Latina.
El directivo indicó que el contexto tecnológico responde al contexto social, por lo que para poder reducir los riesgos de ser víctima de actividades delictivas digitales, hay que fomentar la información entre los usuarios para poder utilizarlas «con ojos de consciencia y no con ojos de temor».
Bajo escenario antes descrito, sólo 28 por ciento tomó medidas de seguridad con referencia a autenticación de dos etapas, 24 por ciento utilizó administradores de contraseñas integrados en sus dispositivos y 10 por ciento, lo hicieron con servicios externos, siendo la más común la creación de contraseñas más sólidas, con 86 por ciento, y 8.0 por ciento de usuraios que no ha realizado alguna.
La encuesta realizada se vincula con el potencial de riesgos relacionados con el uso de equipos de cómputo personales (43 por ciento), así como de smartphones (32 por ciento), sin embargo, otros dispositivos como tablets (3 por ciento) o sistemas de videojuegos (2 por ciento) que se encuentran muy por debajo de los demás, incluyendo los que conllevan al Internet de las cosas.
Hoz precisó que “a medida que más dispositivos se conectan a la red, se vuelve más relevante su protección ya que mientras más equipos se encuentren vinculados, se abren más puertas a posibles ataques de los que aún no estamos conscientes”.
Por su parte, Manuel Acosta, director general de Fortinet en México, indicó que la información es un negocio en apogeo, el cual se ha transformado por más de 6 millones de virus y 8 millones de ataques que se detectaron durante el año pasado, con amenazas más eficientes, dirigidas, innovadoras y evasivas.
La empresa indicó que la inversión ejercida en seguridad digital en México durante el año pasado fue de 380 millones de dólares, cifra que es triplicada por las ganancias estimadas por el cibercrimen.
“La industria necesita las soluciones más efectivas y rápidas, hay que ir más allá de la seguridad tradicional; debemos ofrecer tecnologías autónomas, que se preparen para ataques a futuro, que interactúen y se integren y que permitan la proactividad que los clientes necesitan” concluyó Acosta.
C$C-EVP