A partir de un modelo pentahélice, que involucra tanto al gobierno como a la academia, industria, sociedad y medio ambiente, México desarrollará el Plan Nacional de Innovación, con base en un sistema que vinculará el ecosistema de innovación abierta con las prioridades nacionales.
“En este sistema se incentivará el desarrollo de tecnología disruptiva, avanzada e intermedia, así como soluciones tecnológicas y técnicas. También se impulsará el rescate de tecnologías ancestrales con miras a generar un marco más equilibrado de desarrollo y su adaptación a zonas, comunidades y nichos en los que sea necesaria para fines de bienestar”, detalla el Programa Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación 2021-2024.
El documento publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) subraya que el cambio de estrategia proviene de reconocer e incentivar no sólo la actividad de desarrollo de tecnología, sino de su formalización, documentación, articulación productiva y absorción o apropiación de la comunidad beneficiaria.
“En el camino de esta transformación se formará una nueva generación de tecnólogos e innovadores, orientados y apoyados para esa función. Calificaremos de manera adecuada la contribución tecnológica contemplando la relación con la utilización práctica, productiva, generadora de bienestar, de la búsqueda central de la tecnología”.
De acuerdo con el Programa Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación 2021-2024, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) es la entidad encargada de diseñar dicho plan que tiene entre sus objetivos disminuir la dependencia tecnológica del país, para lo cual se impulsará la construcción de agendas estratégicas.
Entre las acciones puntuales que se detallan en el documento, se encuentra la de impulsar la realización de proyectos de desarrollo tecnológico, innovación, maduración de tecnologías y escalamiento que propicien la articulación de cadenas de valor nacionales que contribuyan a la solución de prioridades nacionales.
Asimismo, en coordinación con las secretarías de Educación Pública y Economía, se diseñará y pondrá en marcha un programa formativo para todos los niveles educativos, sobre el respeto, uso y explotación de los derechos de propiedad intelectual, ciencia, tecnología y emprendimiento, que incluya la responsabilidad e impacto social de estas figuras.
El documento señala la necesidad de percibir al desarrollo de tecnología como una lógica de formación y entrenamiento de grupos multi e interdisciplinarios que se dediquen a la creación de procesos, servicios, productos, métodos y sistemas, considerados como prioritarios.
En resumen, sostiene, se promoverá la maduración de tecnologías nacionales desarrolladas en favor del avance del conocimiento, el bienestar social y cuidado ambiental, que contribuyan a la generación de “nuestra independencia tecnológica”.
“Con base en ello, se considera que el modelo propuesto de pentahélice será un impulsor de bienestar ya que, al generar productos, procesos, y/o servicios; útiles y valiosos para la sociedad con un componente de innovación, se contribuirá con la reducción de la desigualdad, la generación de empleos mejor remunerados, especializados y de mayor duración para profesionales, de la comunidad técnica y científica”.
La inversión en ciencia y tecnología, subraya, es una palanca estratégica del desarrollo económico de los países, pues aquellos que han destinan más recursos a este rubro en las últimas cinco décadas, tienen niveles de ingreso más altos que las naciones que dieron menor prioridad.
“La relación entre desarrollo científico y desarrollo económico se ve claramente en los datos de la OCDE. El camino es claro, para fortalecer a la comunidad académica mexicana, es necesario aumentar la cantidad de investigadores, en especial de investigadoras para eliminar la brecha de género que todavía persiste”.
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